Una dieta antiinflamatoria, el descanso adecuado, la actividad física regular, la organización del tiempo y la atención médica preventiva con un chequeo médico son algunas de las recomendaciones para que la vuelta a la normalidad tras el verano sea beneficiosa, según ha explicado la nutricionista de HM Hospitales Lara Garcelán.

En primer lugar, Garcelán aconseja llevar a cabo una alimentación saludable, rica en verduras, frutas y legumbres. Para ello, indica que es clave establecer una organización, en la medida de lo posible, sobre las comidas o cenas fuera de casa, sobre el menú en el trabajo y si es posible, es recomendable adelantar la cena y que sea ligera, evitando alimentos y bebidas estimulantes desde las 17.00 horas.

«La búsqueda de una dieta antiinflamatoria, a base de alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables y fibra, como frutas, verduras, pescado, frutos secos y semillas es fundamental. La hidratación es muy importante, más con las altas temperaturas, por lo que es esencial beber suficiente agua y así apoyar la digestión y la desintoxicación natural», señala Garcelán.

Asimismo, después de las vacaciones, donde los horarios de sueño están alterados, la especialista señala que es importante restablecer una rutina de descanso regular los días previos a empezar con la vuelta al ritmo habitual de vida.

«Acostarse 15 minutos antes cada noche hasta alcanzar la hora de dormir habitual, establecer una rutina relajante antes de dormir, como leer un libro, tomar una infusión o reducir la intensidad de la luz y evita el uso del móvil», ha indicado.

Del mismo modo, una estrategia de transición reside en poner el despertador media hora antes del despertar habitual para poder habituarse a hipotéticos amaneceres bruscos motivados por un sueño profundo.

Tras un período de relajación e inactividad física durante las vacaciones, la nutricionista afirma que es vital reincorporarse a la rutina deportiva de manera gradual para evitar lesiones y desmotivación.

«Estar al tanto de tu salud te permitirá hacer los ajustes necesarios en tu estilo de vida para prevenir posibles problemas. El inicio de un nuevo curso es un buen momento para realizar un chequeo médico general. Esto puede incluir un análisis de sangre, revisión dental o consultas con especialistas si es necesario», ha destacado Garcelán.

Lara Galcerán también ha compartido una serie de recomendaciones sobre las siete dimensiones del bienestar, aspectos en los que coinciden los expertos para lograr un correcto equilibrio vital.

La primera de ellas es la dimensión física: fomento del deporte, respetar los ritmos circadianos, efectuar un chequeo médico o cuidar la alimentación.

La segunda es la dimensión emocional, que busca establecer prioridades y rutinas de autocuidado, buscar el equilibrio entre familia, amigos y trabajo, y reducir estrés. Le sigue la dimensión social, que subraya que es necesario pasar tiempo con personas que aporten bienestar. La dimensión ocupacional recomienda encontrar alguna afición. Por su parte, la dimensión espiritual aconseja dedicar tiempo a reflexionar y agradecer lo que se tiene. La dimensión ambiental apuesta por pasar tiempo en la naturaleza y priorizar que sea en las primeras horas del día. Por último, la dimensión financiera: efectuar una buena gestión de las finanzas, fomentar el ahorro y la planificación.