Un grupo de personas con mascarilla en Ibiza. | Irene Arango

«Hay que dar un mensaje de esperanza. A medida que vacunamos, la desescalada avanza». La consellera de Salut, Patricia Gómez, considera que con la incidencia de casos en Balears (que se sitúa en los 42 casos por 100.000 habitantes a 14 días) y la llegada «del calor y las altas temperaturas», ya es «oportuno» retirar el uso obligatorio de mascarillas en espacios exteriores y con la debida distancia de seguridad.

«Llevábamos un tiempo valorándolo en función de la situación epidemiológica del país», aseguró. Pese a que todavía algunas comunidades tienen una incidencia superior a los 100 casos, «la gran mayoría está de bajada». Esto, unido al buen ritmo de la campaña de vacunación, deja un solo aspecto en el aire que preocupa a la titular de Salut del Govern: la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2.

Sin embargo, esta controversia sanitaria no ha sido un impedimento para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara este viernes la tan anhelada medida para la población, a falta de un acuerdo previo en la comisión nacional de salud o en el Consejo Interterritorial, donde están representadas las autonomías. Si bien algunas comunidades afearon el comunicado, la consellera de Salut lo justificó: «se trata de modificar una ley que tiene que pasar por un Consejo de Ministerios porque afecta a todo el territorio español, por lo que tiene sentido», dijo.

De momento, la mascarilla dejará de ser necesaria a partir del 26 de junio en los espacios exteriores, «ventilados y sin aglomeraciones». Gómez explicó que desde la Conselleria «valoramos positivamente la propuesta» pues la situación de Balears «es una de las mejores de España y podemos quitarla con cierta seguridad». Respecto a si las comunidades tendrán margen de maniobra si la situación epidemiológica empeorara, no se contempla: «Tenemos la esperanza, y es importante dar este mensaje a los ciudadanos, de que a medida que vacunemos se pueda avanzar en la desescalada», señaló.

Precisamente este viernes, el Consell de Govern aprobó nuevas limitaciones en el área de la Playa de Palma pero aperturas generalizadas para el resto de colectivos. Desde este sábado se relajan medidas para evitar la propagación de la COVID-19. «Supone prácticamente un aforo del 75 % por todo, se mantienen restricciones en los cuatro ámbitos que consideramos de muy alto riesgo y espero que a partir de ahora sólo hablemos de estos escenarios mientras el resto se sigue flexibilizando», dijo Gómez.

Vacunación

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Todo esto sucede mientras 504.064 ciudadanos de Balears ya han recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID, lo que supone cerca del 44 % de la población; y otras 298.748, un 26 %, ha completado la pauta.

El ritmo de inoculación de dosis crece en más de 13.000 diarias y seguirá en aumento a medida que lleguen más vacunas.

Mientras que los profesionales esenciales menores de 60 años que esperaban el recordatorio de AstraZeneca se han ido repescando; esta semana se han empezado a poner segundas dosis de esta misma farmacéutica a la población de entre 60 y 69 años. Además, un nuevo grupo, el de 35 a 39 años, ya ha empezado el proceso de inmunización.

Es hora, según la consellera de Salut, de «que tengamos la sensación de que estamos recuperando la normalidad».

Las dudas ahora son sobre los siguientes envíos. Salut está pendiente de conocer cuántas vacunas llegarán a Balears en el mes de julio para poder organizarse. Y es que esta comunidad había pedido que, tras terminar la franja de 30 años, la campaña se abriera para el resto de población de entre 16 y 29, lo que engloba a unas 285.000 personas.

Este viernes, sin embargo, todavía era pronto para conocer los derroteros que irá tomando la campaña. Eso sí: «si las vacunas llegan puntualmente, podremos avanzar». Mientras, un dato: El 75,5 % de la población de más de 40 años ya ha recibido su primera dosis.