Ana Julia Quezada sigue bajo custodia de la Guardia Civil. | Europa Press

La detención por parte de la Guardia Civil de Ana Julia Quezada, la mujer de origen dominicano que llevaba en el maletero de su coche el cadáver del niño Gabriel Cruz, ha llevado a las Fuerzas de Seguridad a revisar el pasado de esta mujer en España, especialmente en Burgos, por su posible vinculación con la muerte de otra menor, según confirman a Europa Press fuentes conocedoras de la investigación.

Estas fuentes piden cautela y recuerdan que la única detenida por su vinculación directa con la muerte de Gabriel Cruz, el niño de ocho años que desapareció el pasado 27 de febrero en Las Hortichuelas de Níjar, en Almería, se encuentra desde este domingo a última hora de la mañana en dependencias de la Comandancia de Almería.

Agentes del Instituto Armado custodian desde este domingo una finca en el Valle de Rodalquilar, a unos cinco kilómetros al sur de Las Hortichuelas, en el sentido opuesto hacia donde se centraron las batidas de búsqueda, según pudo comprobar Europa Press. Se trata de una finca con varios pozos que tiene una especial vigilancia por ser uno de los escenarios del crimen de Gabriel. Al cuerpo del niño se le practicará la autopsia en el instituto anatómico forense de Almería.

La actual pareja de Ángel Cruz, el padre de Gabriel, tenía otra hija. Llegó a España hace unos 20 años y, antes de en Almería, vivió en Burgos. Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional reconstruyen sus pasos en España y su posible vinculación con casos ya archivados, como el de la muerte de una niña, en apariencia accidental, tras caer por una ventana de una vivienda en Burgos.

Ana Julia tuvo otra pareja en Almería antes de convivir con el padre de Gabriel Cruz. En ese momento regentó un bar de copas en Las Negras, un municipio a escasos tres kilómetros al noreste de Las Hortichuelas.

HALLAZGO DE LA CAMISETA

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El hallazgo por parte de Ana Julia de la camiseta de Gabriel Cruz el sábado, 3 de marzo, puso sobre ella el foco de la investigación de la Guardia Civil, en la que participan especialistas en desapariciones de la Unidad Central Operativa (UCO). Ya antes hubo otros elementos que despertaron la alerta policial, por ejemplo por su incapacidad para facilitar a los investigadores su teléfono móvil.

Ana Julia vistió a Gabriel en la casa de la abuela en la Hortichuela de Níjar (Almería) el 27 de febrero, víspera del Día de la Andalucía y festivo en esta comunidad autónoma. Dentro de las primeras y protocolarias tomas de declaraciones, esta mujer aseguró que no encontraba su teléfono móvil. Poco después, informó de que había aparecido pero de nuevo alegó que se había extraviado al ser reclamado por los agentes del Instituto Armado.

A esto se suma el hallazgo de la camiseta con ADN de Gabriel. La prenda aparece cuatro días después de que fuera visto por última vez el menor junto a una depuradora a unos cuatro kilómetros de las Hortichuelas. Se trataba de la primera pista concreta sobre el niño.

Los investigadores de la Guardia Civil guardaron silencio sobre las dudas que rodeaban a este hallazgo al tiempo que recababan datos sobre la posible implicación de Ana Julia en la desaparición. El pasado viernes se le volvió a tomar declaración, aunque los portavoces de la familia insistían a preguntas de la prensa que estaban tranquilos, desvinculando a Ana Julia de la desaparición.

Los agentes no se explicaban que la prenda encontrada por la pareja del padre hubiera aparecido en una zona que había sido inspeccionada por voluntarios y especialistas por encontrarse a tan solo cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. La camiseta interior no figuraba entre el listado pormenorizado que dieron los padres y la propia Ana Julia para ayudar en el rastreo. Tampoco parecía haber sufrido especialmente el deterioro tras días de lluvias y mal tiempo en la zona.

Ana Julia, que participó en el dispositivo de búsqueda, fue detenida este domingo al mediodía cuando transportaba en el maletero del coche que conducía sola el cuerpo de Gabriel, al que envolvió en una manta. El arresto se produjo en Puebla de Vícar, el pueblo almeriense a unos 80 kilómetros al oeste de Las Hortichuelas donde residía con Ángel, el padre de Gabriel.