A esa hora los efectivos de dos furgones de antidisturbios de la Policía Nacional entraron en la sucursal bancaria para desalojar a los encerrados, a los que fueron identificando según salían.
Durante el desalojo se produjeron forcejeos en el interior de la sucursal y a sus puertas, donde durante todo el encierro se concentraron alrededor de 40 personas que corearon gritos de apoyo a los encerrados y en contra de la policía y los bancos.
Según Mario Magán, uno de los portavoces de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Guadalajara que realizó la protesta, «en el banco no han querido despertar a quién podía tomar la decisión de resolver esto y nos han echado por la fuerza».
La oferta del banco
Según Magán, el banco ha ofrecido a María Benítez, la pensionista de 74 años cuyo desahucio se quiere paralizar, el usufructo de su vivienda mientras viva, «pero para ella el problema es que el único sitio en que puede vivir su hijo, que tiene una minusvalía reconocida, es su casa».
Por este motivo su objetivo es que la entidad condone la deuda y salde la hipoteca quedándose con el piso que su hijo compró y dejando a su madre con su vivienda.
Según la interesada, en 2005 presentó su vivienda como aval de la hipoteca que su hijo Pedro firmó para adquirir un inmueble y que dejó de pagar tras perder el empleo.
En 2011 el hijo perdía la vivienda y el banco inició el proceso de desahucio de María y que su vivienda, tasada en 40.000 euros, redujera los 130.000 euros pendientes.
Durante el encierro al menos tres trabajadores de la entidad permanecieron en la sucursal aunque declinaron hacer declaraciones a la resolución del encierro.
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