El satélite, llamado Queqiao (Puente de la Urraca), fue transportado por un cohete Larga Marcha-4C que despegó del Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang del suroeste de China, según la Administración Nacional Espacial de China (CNSA).
«El lanzamiento es un paso clave para que China logre su objetivo de ser el primer país en enviar una sonda a aterrizar suavemente en el lejano lado de la Luna», afirma Zhang Lihua, gerente del proyecto de satélites de transmisión, citado por Xinhua.
Aproximadamente 25 minutos después del despegue, el satélite se separó del cohete y entró en una órbita de transferencia Tierra-Luna con el perigeo a 200 kilómetros y el apogeo a unos 400.000 kilómetros. Los paneles solares y las antenas de comunicación se desplegaron.
Se espera que Queqiao entre en una órbita de halo alrededor del segundo Punto de Lagrange (L2) del sistema Tierra-Luna, a unos 455.000 km de la Tierra. Será el primer satélite de comunicaciones del mundo que opere en esa órbita.
Pero la misión debe superar muchos desafíos, incluyendo múltiples ajustes en su órbita y frenado cerca de la Luna y aprovechando la gravedad lunar, según señala Zhang.
En un cuento popular chino, las urracas forman un puente con sus alas en la séptima noche del séptimo mes del calendario lunar para permitir a Zhi Nu, la séptima hija de la Diosa del Cielo, cruzar y conocer a su amado esposo, separado de ella por la vía Láctea.
Científicos e ingenieros chinos esperan que el satélite Queqiao forme un puente de comunicación entre los controladores en la Tierra y el otro lado de la Luna, donde se espera que la sonda lunar Chang'e-4 aterrice a finales de este año.
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