La semana pasada, según un comunicado de los responsables de la campaña «Antártica 2020», el más ambicioso programa de protección de los mares del continente helado, Pugh realizó la travesía en las cercanías de la isla Media Luna, en el mar de Bellingshausen, con una temperatura de cero grados en el agua.
La aventura tuvo por objetivo demandar la declaración de ese paraje antártico y del Mar de Weddel, cubierto de témpanos de todas las formas y tamaños y de sorprendentes colores, como «área marina protegida», hito que ya consiguió el pasado octubre con el Mar de Ross.
El nadador opinó que Chile debería encabezar las iniciativas para que el área, que tendría una extensión de alrededor de siete millones de kilómetros cuadrados -el tamaño de Australia, aproximadamente-, sea declarada zona protegida.
Según Pugh, la campaña «Antártica 2020» contará, además del apoyo de Naciones Unidas, con el respaldo de importantes líderes mundiales, científicos, ambientalistas, políticos y activistas por la paz.
«La protección de estos océanos los hace más resistentes al cambio climático y les permite ayudar a otros océanos a recuperarse de la sobreexplotación pesquera. El tiempo es esencial. Simplemente no tenemos otros veinte años para pensar proteger las últimas áreas salvajes del mundo», manifestó el nadador.
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