Las fuerzas del orden establecieron un cordón de seguridad en torno al punto en el que fue localizado ese dispositivo en la calle Chopin, señaló la emisora de radio.
El cinturón llevaba una carga en la parte delantera, la que va junto al vientre, y otra en la trasera, la que va en la espalda.
Los agentes de la Policía Judicial y de la Policía Científica que se desplazaron a Montrouge debían establecer si esas cargas se podían activar, es decir, si representaban un peligro.
A falta de esas y otras verificaciones sobre su posible relación con los ataques, las primeras observaciones apuntaban a que es de un modelo igual al utilizado por los terroristas suicidas que actuaron hace diez días en París.
Montrouge es uno de los escenarios de la investigación de los ataques porque el teléfono móvil de Salah Abdeslam -el hombre más buscado por su implicación en los atentados- fue localizado allí en un momento de la noche del día 13.
Abdeslam fue recogido en Barbès, un barrio del norte de París, por dos conocidos que lo llevaron ya de madrugada a Bruselas. Los dos se encuentran detenidos en Bélgica y han contado a la policía que el presunto yihadista también había llevado un cinturón de explosivos.
La noche de los atentados tres terroristas se hicieron saltar por los aires con cinturones de explosivos -en los que se habían añadido tuercas para causar más daño- en las afueras del Estadio de Francia donde se disputaba el partido amistoso Francia-Alemania.
También utilizaron esos dispositivos para darse muerte los tres miembros del comando que actuaron en la sala de conciertos Bataclan, donde mataron a 89 personas e hirieron a más de 200.
Brahim Abdeslam -hermano de Salah-, que estaba en el comando que tiroteó varias terrazas de bares y restaurantes al este de la plaza de la República de París, también llevaba un cinturón de explosivos que activó para suicidarse.
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