«Explorar la ciencia #NASAVeggie fue sabroso. Quizá deberíamos trabajar más en el cocinado», comentó Kelly en su cuenta de Twitter un día después del primer bocado.
Kelly, junto con sus compatriotas Kjell Lindgren y el japonés Kimiya Yui, fueron los primeros en saborear las cabezas de lechuga espaciales.
Primero limpiaron las lechugas con toallas antisépticas y a continuación las probaron crudas. Posteriormente, las aliñaron con un poco de aceite oliva extra y vinagre balsámico.
«Si alguna vez vamos a Marte, y algún día iremos, vamos a necesitar una nave que sea mucho más sostenible», añadió Kelly en un vídeo divulgado por la NASA.
El experimento, con el nombre oficial de Veg-01 o «Veggie», tiene el objetivo de estudiar el crecimiento de las plantas en un ambiente de microgravedad y mejorar los métodos que podrían desarrollar el cultivo en órbita.
La NASA también recurrió a la ironía al comentar que «se trataba de un pequeño bocado para el hombre y una hoja gigante para la humanidad», paráfrasis de lo declarado por Neil Armstrong al pisar la Luna por primera vez en la misión Apollo 11, en 1969.
El contenedor especial de la lechuga, que fue desarrollado por Orbital Technologies Corporation en Madison (Wisconsin) y enviado al espacio a bordo de la cápsula de carga SpaceX Dragon, cuenta con un sistema de irrigación para mantener la humedad y unas luces especiales para ayudar a crecer a la planta.
Las semillas fueron «activadas» por Kelly en la EEI y crecieron durante 33 días, informó la NASA.
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