En las cerca de dos horas que duró la rueda de prensa de fin de año, Monti, que dimitió el pasado viernes, repasó sus trece meses de Gobierno y aconsejó a las fuerzas políticas que no «destrocen» lo que con tantos esfuerzos y sacrificios se ha hecho en el último año para sacar a Italia de la crisis.
El ex primer ministro no parecía, en principio, muy dispuesto a hacer grandes anuncios, pero los medios de comunicación presentes consiguieron poco a poco, con sus preguntas, que desvelase sus propósitos.
«Estoy dispuesto a ofrecer mi apoyo, asesoramiento y guía, si es necesario, a la fuerza o fuerzas políticas que apoyen mi agenda», dijo.
A ese respecto, reveló que va a presentar en breve un documento programático, bajo el título «Cambiar Italia. Reformar Europa por un empeño común», con ideas sobre lo que se tiene que hacer para no volver a una situación de emergencia económica.
Y entonces dictó sus condiciones. El excomisario europeo explicó que no quiere presentarse con uno u otro partido, sino que quiere que sean las fuerzas sociales las que recojan sus ideas.
«Si después algunas fuerzas políticas manifiestan el propósito de presentarme como presidente del Ejecutivo, lo evaluaré y podría decir que sí», aclaró.
Monti explicó que su nombre no aparecerá en las listas electorales porque no puede presentarse a un escaño en el Parlamento al ser ya senador vitalicio, pero tampoco quiere que su figure en los símbolos o eslóganes de la campaña electoral.
No obstante, su discurso, como explicaron los analistas, pareció en algunos momentos un claro mitin electoral con sibilinos ataques a las políticas del centroizquierda y del centroderecha.
Monti pidió a los partidos políticos que prometan «ilusiones» en la campaña y afirmó que hay dos cosas que pueden acabar con todo lo que se ha conseguido: «No seguir las líneas guía de Europa» y «quitar el IMU», el impuesto sobre la primera casa que su Gobierno ha reintroducido.
«Habrá que trabajar con paciencia para ser más creíbles y tener más peso en Europa, lo que ha ocurrido en 2012», dijo.
La supresión del IMU, que el líder del Pueblo de la Libertad (PDL), Silvio Berlusconi, ha prometido si gana las elecciones, sería, según Monti, «desastrosa», ya que los próximos gobiernos lo tendrán que reintroducir y aumentado para obtener más recursos.
A Berlusconi dedicó Monti sus mayores estocadas, como cuando afirmó que no había entendido su «línea de pensamiento» en los últimos días, rechazando así cualquier tipo de alianza con él.
Y recordó recientes frases de «Il Cavaliere», como que el Gobierno de Monti ha sido «un desastre completo» que «no ha hecho reformas y sólo ha creado impuestos», pero como después le invitó a «guiar una coalición de moderados».
Monti también destacó cómo Italia ha salido de la crisis sin necesidad de recurrir a las «fáciles» ayudas que le ofrecían el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europea (BCE).
Inmediatamente después de su ofrecimiento, miembros de las formaciones centristas que desde hace meses apoyan la candidatura de Monti se mostraron a favor de subscribir los contenidos de la próxima agenda del excomisario europeo.
Según los últimos sondeos, una coalición de partidos centristas con Monti como líder podría conseguir el 15 por ciento de los consensos en las próximas elecciones, por lo que tendría que aliarse con otros partidos para quiere gobernar.
Y, por el momento, ni el Partido Demócrata (PD) ni el Pueblo de la Libertad parecen disponibles a ceder a Monti el puesto de presidente del Gobierno.
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CURIOSA DEMOCRACIA LA DE ITALIA.