Roberto San Esteban es el presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas Vacacionales de Eivissa (Avat).

Roberto San Esteban (Londres, 1958) retomó hace un año la presidencia de la Asociación de Viviendas Turísticas Vacacionales de Ibiza (Avat). En este segundo año al frente de esta patronal de alojamiento mantiene como objetivos de trabajo seguir captando socios (actualmente cuenta con 240 asociados, que representan a cerca de 420 viviendas vacacionales) para así seguir «sumando fuerzas y crear un lobby, entre comillas, dentro de lo que es el alojamiento en la isla». En este sentido, otro de sus principales objetivos es «limpiar la imagen del sector de las viviendas turísticas vacacionales ya que, dentro del panorama turístico, de manera interesada o desinteresada por parte de los hoteleros se nos achacan todos los malos cuando esto no es así. Nosotros luchamos contra las ilegalidades, no promovemos la masificación y no somos viviendas plurifamiliares». En este punto, el presidente de Avat recuerda que una cosa son los alquileres de pisos a turistas, que están completamente prohibidos en la isla de Eivissa, y otra el alquiler de casas o villas turísticas vacacionales, que pagan su correspondiente tasa para darse de alta como tal y así cumplir una serie de requisitos y pagar impuestos. San Esteban reconoce que el intrusismo «ha existido siempre» en su sector, pero también en el resto de actividades económicas de la isla. «Hay casas sin licencia e estancias turísticas que se alquilan; en los últimos años se han construido sobre todo grandes villas y chalets con la idea de destinarlos al alquiler y luego no se han dado licencias y se han alquilado igual. Es difícil controlar todo el problema del intrusismo porque tendría que haber mucho personal en la administración y aunque pusiesen mucho personal, los plazos son los que son y las sanciones no se resuelven con prontitud; llegan al cabo de dos, tres o cuatro años».

LAS CIFRAS. Actualmente, el sector de las viviendas vacacionales en Eivissa cuenta con un total de 19.000 plazas, cifra que no puede aumentar por la moratoria de cuatro años (quedan tres para que se cumpla la totalidad de la moratoria) de la nueva ley balear turística, que impide la concesión de nuevas licencias o autorizaciones para explotar viviendas vacacionales. A esto se suma la última revisión del Plan Territorial Insular de Eivissa (PTI) mediante el cual se prohíbe la concesión de nuevas autorizaciones turísticas en suelo rústico, por lo que de facto se impiden nuevas viviendas, villas o chalets en el campo. Cabe recordar que estos dos aspectos contaron con el apoyo de la patronal hotelera pitiusa. «Con la moratoria y la modificación del PTI se ha convertido y seguirá siendo prácticamente imposible el otorgamiento de plazas turísticas en suelo rústico», precisa San Esteban, quien señala que las viviendas turísticas vacacionales no generan masificación.

«Hay que tener en cuenta que los hoteles llevan adquiriendo plazas turísticas desde los inicios del turismo en la isla. Las viviendas turísticas sólo desde el año 2012. Hay 19.000 plazas turísticas en viviendas vacacionales sobre las 85.000 que tienen los hoteles», apunta el presidente de Avat, quien precisa que actualmente la bolsa de plazas turísticas disponibles de Eivissa ronda las 9.000. «Las viviendas turísticas vacacionales son un producto fabuloso, de futuro en Eivissa, donde buena parte de los turistas que nos visitan disfrutan de la isla de otra manera. Pero somos el ‘patito feo' del sector turístico porque se nos acaba echando las culpas por parte de la administración y de los empresarios de la falta de alojamiento disponible, así como de intentar destruir el paisaje y el campo ibicenco y, evidentemente, no somos responsables de todo lo que se nos acusa. Seguiremos luchando para revertir esta imagen», apunta San Esteban, quien señala que tienen reuniones frecuentes con la administración, pero «todo son buenas palabras y nada más».

Sobre la falta de alojamiento a precios asequibles que está padeciendo Eivissa, San Esteban apunta a que los hoteleros empezaron un «cambio de tendencia» y apostaron fuerte por las reformas para subir de categoría, «lo que de manera instantánea ha ido provocando una subida de precios generalizada de todo el sector turístico y también de las viviendas turísticas vacacionales. Una isla de lujo va implícita con un alojamiento de lujo y esto lo seguiremos arrastrando varios años» ya que, según considera, se está enfocando la isla «demasiado» hacia el sector del lujo, lo que a su vez lleva a que las personas particulares con pisos alquilen a precios desborbitados por temporada o bien durante todo el año.

ANTES Y DESPUÉS. Durante los tres años de pandemia, el sector de las viviendas turísticas vacacionales ha trabajado muy bien en Eivissa, tal y como reconoce el presidente de Avat. «Hemos sido uno de los sectores que menos ha sufrido la pandemia en el sentido de que el aislamiento y los grupos burbujas nos han beneficiado». En la época covid surgió un problema que directamente se vinculó con el sector que representa San Esteban y fueron las fiestas ilegales en villas y casas de campo, si bien es cierto que el presidente de Avat precisa que este problema no se daba en dueños o comercializadores que tenían licencia de estancia turística y que, por tanto, estaban de forma legal. Después de mucho pedirlo el Consell d'Eivissa, el Govern aprobó en mayo del año pasado un decreto ley contra las fiestas ilegales que contemplaba sanciones de hasta 300.000 euros no sólo para los organizadores de tales eventos legales sino para los dueños de las casas donde se estaba desarrollando esta ilegalidad. «Esta problemática se ha diluido porque el año pasado abrieron todas las discotecas sin restricciones y la gente prefiere estar en las discotecas porque hay mucho más ambiente que en una casa. Quizá ha habido alguna fiesta de continuación tras la noche en la discoteca, pero ha sido algo residual. No es una problemática que nos esté afectando actualmente y cuando se dio, no se produjo entre los asociados», precisa San Esteban.

Uno de los puntos en los que trabajó la patronal Avat para evitar problemas con el exceso de ruido es el desarrollo de una aplicación a través de una empresa para detectar del exceso de ruido y advertir a los turistas que se alojan en estas casas. «Esta aplicación existe y está a disposición de los propietarios que puedan estar interesados. Se coloca un dispositivo en el interior y exterior de la casa, que detecta cuándo se produce un exceso de ruido, se produce un aviso por parte de la empresa y se llama al cliente que está alojado para advertirle y si vuelve a reincidir, entonces se llama a la policía», apunta.
Tras el covid, el sector de las viviendas turísticas vacacionales no se ha resentido. En este sentido, el año pasado fue un buen año. «En general, tanto comercializadores como propietarios acabaron contentos. Fue un año rentable, pero no del todo porque había muchas reservas de 2020 y 2021 que se colocaron el año pasado a precios de época covid, que eran menores. No fue tremendamente rentable y, además, tuvimos que asumir los costes derivados de la guerra de Ucrania», precisa San Esteban. Este año, a diferencia del anterior, han podido actuar con margen y han subido precios ante el incremento constante de los costes. Sin embargo, el presidente de Avat reconoce, a título personal, que en algunos casos estos aumentos de precios «se han hecho un poco a mano alzada, por encima del incremento de costes». Pese al incremento de precios, la temporada ya ha empezado oficialmente en el sector con la llegada temprana este año de la Semana Santa, periodo en el que cerca del 40% de la oferta legal ya empezó a trabajar con ocupaciones situadas entre el 70% y el 80%. «Abril se está trabajando muy bien, mayo se prevé bueno. A principios de mayo abrirán el resto de casas vacacionales. Junio se prevé regular y el resto está por ver cómo evoluciona». Y es que la situación derivada de la guerra de Ucrania, con el consiguiente incremento de los costes y de precios, está haciendo que el turista mire más en qué gasta el dinero. «Principios y mediados de enero fue muy bien en cuanto a ventas y ahora sí que estamos notando un bajón en estas semanas. Hemos tenido más cancelaciones que las que solemos tener por estas fechas y entendemos que es por la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania, que ha provocado que hayan subido los precios de todo, de los aviones, de la comida, restauración, ropa, calzados, alojamiento…». Por el momento, el sector no está preocupado, aunque sí «algo inquieto» y se mantienen a la expectativa de ver cómo evolucionan las semanas y detectar si habrá o no cambios de tendencia. «Si se reservarán menos días o más en el último minuto, por ejemplo», precisa San Esteban, quien señala que la tendencia que está clara es que la mayoría de gente «mira más en lo que gasta el dinero, incluso en las vacaciones». Sobre si harán ofertas o descuentos si detectan un bajón de reservas prolongado en el tiempo, el presidente de la patronal Avat señala que esto es una «cuestión individual y lo que decida cada propietario; cada uno sabe lo que tiene en casa». En general, el presidente de Avat considera que habrá una buena temporada turística en Eivissa ya que la isla «tiene una marca muy potente, única como es la marca Ibiza y lo seguirá siendo; la gente tiene ganas de viajar y la isla sigue siendo un lugar preferente para pasar vacaciones». Y añade: «Hay que ver cuál será la tendencia: si se acortarán estancias o no, por ejemplo. Aún es pronto para ello», concluye.