Baltasar Estarellas muestra una de las boyas.

“Hasta ahora, a nadie se le había ocurrido hacer una barrera en el mar. Es una valla de control de acceso normal y corriente, pero preparada para el ámbito marino”. Baltasar Estarellas no solo la imaginó, sino que la ha desarrollado en Balears con financiación europea, ya que entró en el programa Eco-Innovation de la Unión Europea.

La idea de esta barrera le rondaba en la cabeza desde hacía años, pero no fue hasta 2010 cuando consiguió tener el primer prototipo de Techbuoy. “Tenerlo era requisito imprescindible para presentarnos a concursos de cofinanciación de la UE, y lo conseguimos. Y acto seguido formamos un consorcio en el que están tres empresas mallorquinas: Hook, Albatros y el Centre Balear de Biología Aplicada (CBBA)”, explica este emprendedor.

Hook es la empresa que dirige Estarellas, nacida en 2005 en Mallorca para implementar soluciones de tecnología en el entorno marino. Ha diseñado el software que permite vincular la barrera a diferentes opciones en función de las necesidades del cliente, desde dar mandos a distancia como en un parking hasta crear un software vía internet para controlar quién entra y quién sale en un ‘espejo' de agua.

Albatros, también mallorquina, es una spin-off de ingeniería que ha llevado a cabo el diseño de la barrera. Y la consultora CBBA ha aportado soluciones para adaptar el invento al medio marino.

FUNCIONAMIENTO. Mediante un procedimiento de mejora continua han desarrollado una barrera estandarizada pero adaptable a diferentes funcionalidades y que, además, es ecológica. El vallado tiene un mínimo de ocho metros y se pueden añadir tramos de 2,5 metros, tantos como se necesiten. Esta barrera sube y baja como un submarino, llenándose o vaciándose de agua para modificar la presión, y se aplicaría en agua salada. En cada extremo tiene situada una boya que puede ir conectada a la electricidad o, en su defecto, puede generar su propia energía limpia, ya que dispone de placas solares y baterías donde se acumula.

Su paso por la feria METS Trade de Ámsterdam, especializada en innovación en equipos de náutica, les sirvió para hacer los primeros contactos comerciales, y después del verano saldrá al mercado.

APLICACIONES. El control de acceso a zonas marinas puede tener muchas utilidades. “Desde un hotel que quiera acordonar una zona a piscifactorías, controlar una zona de boyas o el acceso a determinadas zonas, o tener el control de acceso de quién entra y sale de un puerto, para que en tiempo real informe tanto al puerto como a las autoridades competentes. Las aplicaciones son múltiples”, concluye.