“Allí mi madre comenzó haciendo composiciones artesanales de perfumes. Luego se los llevaba a sus amigas de París y poco a poco empezó a desarrollar el negocio. Puso el nombre a la empresa y comenzó a comercializar el primer aroma de Campos de Ibiza, ‘Eau de toilette' Mandarina”, rememora Aurélie, quien evoca con cariño aquellas esencias con las que veía trabajar de pequeña a su madre en aquella Eivissa aún sin explotar.
Cuando hace 10 años la actual propietaria Aurélie decidió tomar las riendas de la empresa, tras dar a luz a su primera hija, Campos de Ibiza tan solo trabajaba con dos fragancias, la mandarina y el cedro. “Me diversifiqué ampliando la gama de fragancias para tener un amplio abanico y dar satisfacción a personas de gustos diversos”, recuerda la empresaria. Entonces su madre trabajaba en casa de forma artesanal junto a una ayudante. “Actualmente todo el proceso de fabricación pasa por un riguroso control sanitario con certificaciones avaladas por un prestigioso laboratorio nacional; es menos poético, pero está todo regulado”, subraya Aurélie, que cuenta con siete empleados durante los meses de invierno y con 17 en temporada alta.
PRODUCTO LOCAL. La propietaria de Campos de Ibiza ha hecho la empresa a su medida. Aurélie admite con una sonrisa traviesa que en su trabajo es “muy pasional”, que hace “todo y nada” porque, aunque admite sugerencias, prefiere guiarse por su instinto e inspirarse en las “joyas de la madre naturaleza“ que ofrece la tierra ibicenca. “Tengo una higuera en casa y veo que huele fenomenal y pienso en hacer algo con el higo. Intento hacer venir una sabia y conocida ‘nariz' desde París y me dice si necesita un toque más amaderado o más frutal... Le doy la orientación y me hacen propuestas”, explica la empresaria.
Su producto estrella es la mandarina, “porque la gente tiene muchos recuerdos hacia este perfume”. “A veces tiene muchas historias detrás, un primer viaje a la isla, una boda... Y es lo que más me gusta de mi trabajo, que es un placer”, subraya Kahn aludiendo a su propia infancia y a su madre elaborando fragancias.
También despunta entre sus esencias la almendra, que gusta tanto en perfume como en cosmético: “Los almendros en flor de Santa Agnès tienen algo muy especial. La almendra de Eivissa es muy dulce y te recuerda a la infancia, al aceite de almendra; es muy golosa y a la gente le da cariño”. Ahora han comenzado a trabajar con lavanda. Y es que para Aurélie, cuanto más local sea el producto, mejor.
DIVERSIFICACIÓN. Campos de Ibiza cuenta actualmente con cinco boutiques, todas ellas en la isla de Eivissa (Puerto Deportivo Marina Botafoc, Vicente Cuervo, 13, Fray Vicent Nicolau 23, Hotel Aguas de Ibiza y Cala Bassa Beach Club) y con un almacén de 600 metros cuadrados en el que la empresa ha comenzado a hacer sus pinitos en la confección de moda.
La compañía trabaja con varios canales de venta: directa, online y de distribución a hoteles y agroturismos. Entre sus artículos más demandados, sobre todo por establecimientos hoteleros y para regalos de bodas o empresas, se encuentran las miniaturas (amenities en argot hotelero) que son réplicas exactas de los productos de venta en tiendas. “Los propios hoteles me lo pidieron, me gusta la sinergia y aunque llevó bastante tiempo para desarrollarlo, salió adelante hace unos ocho años”, aclara Aurélie, quien destaca que desde Eivissa exportan sus productos “hacia muchos países del mundo, tanto a perfumerías, concepto de tiendas y grandes almacenes”, pero también a particulares gracias a su tienda online www.camposdeibiza.com.
RENTABILIDAD. Campos de Ibiza es una de las empresas ibicencas que mejor ha sorteado la crisis. Su propietaria admite que cada año incrementa los beneficios “un 30%” y que buena parte de sus éxitos se debe a su inspiración “100% Ibiza”. Para este año las expectativas de la compañía pasan por mantener el ritmo de crecimiento.
“Tengo un millón de proyectos: antes solo eran fragancias y productos de cosmética, ahora también entramos en las casas con velas, ambientadores, jabones de manos, toallas personalizadas... Todo con nuestro toque ‘luxe' y nuestro buen savoir fair'”, cuenta. Esta temporada salen a la venta nuevas creaciones de cosmética, disponibles en sus boutiques a partir del próximo mes de junio.
También comercializan joyas hechas por la empresa y su propia colección de túnicas, con estampados y lazos, que realizan en su nuevo taller. “Estamos en el camino de venderlo a terceros, a otras tiendas, pero poco a poco”, precisa Aurélie.
Aunque su negocio marcha viento en popa, Aurélie descarta cualquier plan de expansión que le robe más tiempo para pasar con su familia: “Podríamos abrir tiendas por todas partes y pienso que funcionarían, pero no quiero trabajar más de lo que trabajo y estoy contenta así. Tengo que ver el equilibrio entre Campos de Ibiza y mi vida personal”.
Tras años recorriendo ferias internacionales para exportar sus productos, Aurélie tiene claro que en Eivissa “hay mucho por hacer aún y se merece un mayor desarrollo”. “Aquí es donde he puesto mucha energía con las tiendas, el acuerdo con hoteles, talleres olfativos... Tengo cuatro niños y no me gusta mucho viajar. Campos de Ibiza es como mi bebé y hay que estar en el terreno”, concluye la directora de la empresa pionera en capturar la esencia de la isla en frasco pequeño.
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