Que no se perdiera una parte de la historia de Ibiza. Se había escrito bastante sobre Marina, pero en otros aspectos. Sin embargo, nunca se escribió, al menos que yo conozca, una historia en serio de la Comandancia Militar de Marina, y en su día fue una de las entidades más importantes de Ibiza. Para que no se perdiera esta historia». De este modo resume la autora de Historia de la Comandancia Militar de Marina de Ibiza y Formentera 1751-2016, Margarita Riera Costa, los motivos que la han llevado a escribir este libro.

Riera deja claro en la introducción de su libro que ella «no es historiadora, ni escritora, ni investigadora profesional, simplemente una jubilada, funcionaria de la Administración Civil del Estado», que comenzó su labor como secretaria de la Comandancia de Marina en 1966. «Comencé a ordenar los archivos, nunca había tenido tiempo a dedicarme a ellos, pero en los últimos años sí que pude organizarlos y en lugar de jubilarme a los 65 años, me quedé hasta los 70 para organizar los archivos, para que no se perdieran y también porque ya empecé a pensar en llevar a cabo este libro. De ahí surgió más trabajo y más archivos a consultar». Así que durante algunos años, en sus vacaciones, Margarita visitó el Archivo Naval de Cartagena y el Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán, en Ciudad Real. Una tarea que la autora calcula que le llevó entre 8 y 10 años.

El resultado de todo ello es el «trozo de historia» que compone en sí mismo este libro, o al menos así lo considera el comandante naval de Ibiza, Julian Sánchez-Ferragut, en el prólogo del mismo. Un repaso a la historia naval de las islas que comienza con la creación de los departamentos marítimos, la primera ordenanza general de Felipe V, las sucesivas ordenanzas generales de la armada, destacando las de Carlos III y Fernando VI. Una rigurosa documentación que ilustra cómo se forjó la base de la administración marítima y las diferentes entidades que nacieron para ello. Y es que, «al ver el material que había, que no se había hecho uso de él, y que lo que se había publicado, no siempre se correspondía con la verdad, me animé a realizar el libro», insiste la autora.

Dicen los entendidos que este libro podría ser la base documental de multitud de estudios e investigaciones que pudieran interesar. Como ejemplo, se podría averiguar cuánta gente trabajó en el mar a partir de 1859 en Ibiza. El documento también facilita el registro de unas 6.000 embarcaciones, que muchas de ellas iban hasta América, o biografías navales de 345 patrones o capitanes de la Marina Mercante de la época.

En la labor, Margarita reconoce una exhaustiva tarea de acopio de normativas y su pertinente clasificación en fichas que ahora ve la luz en su libro. «Puede parecer que en mi obra se atiende en exceso a la normativa histórica, pero me ha parecido oportuno para que quede constancia de la evolución de estas normas a lo largo de la historia y, sobre todo, para que se puedan consultar los originales si ello fuera preciso».

En Historia de la Comandancia Militar de Marina de Ibiza y Formentera 1751-2016, Riera cuenta el origen de la creación de la Parroquia de San Salvador de la Marina, advocación San Telmo. En la guía de la Diócesis de Ibiza consta que la noticia más antigua que existe de este templo es de 1469. En el Archivo General de la Marina, se informa de que «el origen de la Iglesia de los Matriculados, nombrada San Salvador, en el barrio de la Marina, fue su primera fundación por un capitán de navío extranjero en calidad de voto hecho a San Thelmo, fabricando a dicho santo un pequeño oratorio», reza en el texto.

También hay un espacio para la procesión marinera dedicada a Nuestra Señora la Virgen del Carmen, conocida patrona de los marineros. «En el año 1939, el día 16 de julio, la Comandancia de Marina celebró el día de su patrona la Virgen del Carmen», explica Margarita en su libro.

Una labor que le produce especial satisfacción después de muchas horas de trabajo y mucha ilusión a su autora. «Un granito de arena sobre la historia de Ibiza que he aportado y que probablemente, de no haberlo hecho yo, se habría perdido», reflexiona Margarita Riera Costa.