«Si una persona no es feliz, no es capaz de compartir con los demás»

Una mezcla de nervios y emoción embarga estos días al elenco de Libre, una coproducción de Teatralia y la asociación ‘Libre yo seré' que ha escrito y dirigido su presidenta, Anna Jiménez, y que se representará en Can Ventosa hoy, mañana y el domingo, a las 21,30 horas. Parte de la entrada, que tiene un coste de 7 euros, se destinará a la compra de material para la asociación Deforsam. «La obra habla de lo peor y lo mejor del ser humano», así de contundentes son las palabras de la directora del montaje, que añade: «Habla de todos los tipos de maltrato que existen en la sociedad actual pero poniendo atención en las cosas buenas de la gente».
La inspiración a la hora de escribir esta obra nace de la observación de la vida cotidiana y pretende concienciar al público y que algo cambie en su interior tras ver este montaje. «Hablamos de la ignorancia, el clasismo, el racismo y la violencia doméstica, pero también exploramos en el porqué alguien se convierte en maltratador o maltratadora», explicaba ayer Jiménez, que concluye que este patrón de comportamiento puede llegar a través de «malos hábitos, autoengaños, enojos o frustraciones que se materializan en una ‘explosión'».
El elenco está formado por Ariadna Leo, Jesús Rumbo, Marina Carrasco, Julián Baena, Munir Alexander, Irene Tethé y se completa con la propia autora y directora del montaje Anna Jiménez y Samuel Vidal. Ayer, todos ellos se reunieron en Can Ventosa por la tarde para ultimar los detalles de este montaje que se estrena hoy.
«Si una persona no es feliz, no es capaz de compartir con los demás, pero también queremos potenciar el lado bueno de la vida y de los personajes, que finalmente deciden ser buenas personas y enfrentarse a sus propios espejos», apuntaba Jiménez, queriendo así dejar patente que los espectadores que acudan a ver esta obra no sólo saldrán con un buen sabor de boca, sino que «el espectador, si se da la oportunidad de ir, no podrá salir indiferente, ya que existen muchos personajes con los que sentirse plenamente identificado».
«Mucha gente comete actos destructivos pero pocas veces se han preguntado por qué actúan así», explicaba Jiménez que asegura que, «en esta sociedad la gente conoce los valores pero no los practica, sino que potencia el rencor y el orgullo, que son vehículos para el maltrato».