JULIO HERRANZ

El gran hall del Palau de Congressos de Santa Eulària acogió ayer la inauguración de la exposición de pinturas Recuerdos de la Revolución Mexicana y otros corridos, de Cristina Rubalcava, que estará abierta al público hasta el próximo día 26. Las estrellas de la muestra, que podrá ser visitada por los grupos escolares que lo soliciten, son dos grandes murales de unos diez metros de largo por casi tres de anchos. Uno de ellos, inédito, sobre la revolución mexicana, «porque se cumple ahora su centenario; y también el bicentenario de la independencia»; mientras que el otro «va sobre el corrido El muro del grupo Los Tigres del Norte, que recibió un Grammy. La letra la escribí yo y era sobre el muro de Bush en la frontera mexicana, pero es un guiño que hacemos también a Obama para que no deje perseverar el vergonzoso muro», explicó la polifacética artista mexicana, que desde 1970 vive y a caballo entre París e Eivissa.

Completan la primera gran exposición de Rubalcava en la isla «otros tres cuadros de formato más pequeño, también sobre la revolución; más obras de la serie de los boleros, que son sobre parejas que bailan canciones mexicanas, porque yo siempre trabajo con música de mi país. Así que, en conjunto, la muestra es una especie de potpourrí entre corridos, boleros, tangos... un poco lo que son los ritmos mexicanos», señaló la pintora, encantada de haber encontrado al fin en la isla una sala de dimensiones considerables para mostrar bien su trabajo. Aunque en el verano de 2004 ya presentó una exposición en la isla: en la galería Es Molí, con pinturas sobre bailes mexicanos y un serie de acuarelas sobre la isla.

Su gran serie ibicenca

Estimulada por haber descubierto «un espacio tan espectacular como este», Cristina Rubalcava podrá finalmente desarrollar con ilusión un ambicioso proyecto dedicado a la isla: «Estoy trabajando en una serie sobre las tradiciones ibicencas. Es un trabajo en gran formato, que es el que prefiero como buena mexicana, dada la tradición de nuestros grandes muralistas. Como he visto que ya hay espacios donde presentarlos, me anima a seguir».

Además, tiene en cartera seguir itinerando sus murales sobre la revolución y los corridos por España y por Europa para conmemorar el apuntado centenario. Asimismo, está trabajando en la instalación Altar de Muertos para el Museo del Quai Branly en París, que inaugurará el 31 de octubre; más una serie de talleres sobre otro tema mexicano: calaveritas de azúcar y papel picado.

Una artista inquieta de la que el ensayista Sami Nair apunta en un texto que le ha dedicado (Un mural sin fronteras) que Rubalcava utiliza la indignación contra injusticias como la emigración «para denunciar la inhumana condición de los nuevos condenados de la tierra, estas mujeres y hombres, estos viejos y estos jóvenes que bravean todos los días la suerte para encontrar una nueva tierra donde comer, vestir y poder vivir con dignidad», añadiendo que es «una artista felizmente atrevida y sincera en todas las obediencias que pinta y dibuja introduciendo una nota de alegría, quizás de humor iconoclasta; denunciando así de una manera más eficaz lo que ella condena en nombre de la solidaridad humana».