J. HERRANZ

Sobre el curioso caso de la inscripción en hebreo descubierta en 2003 en la base del baluarte de Sant Jordi, que este periódico viene siguiendo desde hace tres días, se pronunciaron ayer el director general de Patrimoni del Consell d'Eivissa, Josep Maria López Garí, y el departamento de Arqueología del Ayuntamiento de Eivissa. En ambos casos creen que es reciente, aunque sin precisar año y posible autoría, como sí hizo la historiadora Neus Escandell, que dijo el martes que había sido hecha en 2000 por alguien que ella sabía, pero cuyo nombre no podía desvelar porque había prometido no hacerlo.

López Garí apuntó que «independientemente de la inscripción que sea, es una agresión contra el patrimonio; para empezar». En cuanto al debate sobre si es reciente, precisó que creía que sí, «porque la muralla está bien revisada para que, de pronto, apareciese un grafito así en un lugar tan accesible. Como mínimo, es extraño». Y recordó que «en su momento (2003) se hicieron indagaciones para ver si era un texto inventado o real; y por lo visto es hebreo auténtico».

Efectivamente, como informaron desde Israel a Nito Verdera: son versos del poeta judío español del siglo XII, Judah Ha-Levi. Pero ¿quién y por qué los grabó? Sigue sin haber respuesta. «A estas alturas sólo es un elemento más de la muralla, igual que los grafitos del siglo XV en adelante que descubrió Eduardo Posada», precisó el director general de Patrimoni, quién no sabe bien qué se debería hacer con la inscripción: «borrarla significaría pulir y rebajar la piedra, o cubrirla de argamasa; pero no solucionaríamos gran cosa. Sólo esperamos, apelando a la conciencia ciudadana, que no se repitan en el futuro agresiones de este tipo».

Rumores

Por su parte, la responsable de Arqueología del Ayuntamiento de Eivissa, Rosa Gurrea, apuntó ayer que el caso era ya conocido cuando salió en 2003 en la prensa local, corriendo el rumor de que alguien lo había hecho en los 80 o 90; aunque aseguró que el grafito no estaba cuando se limpió la muralla en 2002 por el Congreso de Ciudades Amuralladas celebrado precisamente 2003. Y que no está tan alto, por lo que podría haberse hecho sin necesidad de escalera, simplemente poniendo unas piedras o con los posibles escombros acumulado.