El pintor británico David Hockney, uno de los maestros del pop-art, es un entusiasta de los avances tecnológicos y un converso a las múltiples virtudes del ordenador y hasta del i-Phone. A sus 71 años, inauguró ayer en la galería Annely Juda de Londres una exposición titulada Dibujando en una impresora, en la que combina fotografía y pintura en ordenador.
La exposición incluye paisajes del condado de Yorkshire así como retratos de familiares y amigos, y las obras, ejecutadas con ordenador y reproducidas con una impresora, que se venden en ediciones limitadas de entre doce y treinta ejemplares. Los precios de las copias de esas obras sobre papel, en las que Hockney muestra una vez más el gran dibujante y también el extraordinario colorista que es, oscilan entre 8.300 y 22.000 euros .
Hocknedy aseguró que el programa del Photoshop es una herramienta más que, entre sus múltiples usos, permite dibujar directamente en una impresora.
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