El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 20,30 horas de este domingo la representación de Seis clases de baile en seis semanas, del norteamericano Richard Alfieri. Un mano a mano entre la veterana y reconocida actriz Lola Herrera y el joven actor Juanjo Artero (conocido sobre todo por su papel en la serie de televisión El comisario); en un montaje dirigido por Tamzin Townsend que llega a Eivissa dentro de la gira que está ofreciendo por la geografía nacional, tras el largo éxito obtenido en una sala muy querida de Lola Herrera, el Teatro Marquina de Madrid, donde presentó en 1979 Cinco horas con Mario, la interpretación teatral más celebrada de su carrera, que trajo a Eivissa hace unos años, en su segunda puesta en escena.
En la presentación en Madrid de Seis clases de baile en seis semanas en septiembre de 2007, Lola Herrera aseguró que trabajar en esta función, que le había llevado muchas horas de preparación física y de baile, era una «gansada», añadiendo: «A mi edad estas cosas gratifican mucho. Después de un tiempo de profesión conviene darse un gusto así». Una obra con la que ha vuelto a la comedia, que se le resistía. «He intentado desmarcarme muchas veces pero no lo he conseguido. Les debía gustar cómo lloraba», ironizó la actriz.
Seis clases de... cuenta la historia de Michael y Lily, una pareja que parece imposible. Ella, con un pasado conservador y lleno de deseos no realizados; y él, una persona difícil, convencida de que la vida le ha fastidiado. Les separan 30 años, pero en el fondo se parecen mucho, a pesar de esa distancia generacional por la que acabarán siendo el uno para el otro. Un texto que, en palabras de su autor, reflexiona «sobre los problemas de la edad, la tolerancia y la amistad»; en clave de divertimento, pero con algunos momentos dramáticos, como precisó Richard Alfieri, quien asistió al estreno en el Teatro Marquina.
En cuanto al trabajo de Tamzin Townsend, que goza actualmente de un amplio reconocimiento por sus últimos montajes, Lola Herrera resaltó el «sentido del humor» de una directora «que juega a la contra y tiene un ritmo interno como persona que llevado a la parte profesional es una bomba. Posee un sexto sentido para transmitir», precisó.
Por su parte, la responsable del montaje resaltó el trabajo con los actores, un asunto que suele ser siempre su «punto de partida» para trabajar; reconociendo que Seis clases de baile... es una obra «agotadora» para los artistas en la que «pasan muchas cosas en pocos minutos». Opinión compartida también por el co-protagonista, Juanjo Artero, quien señaló que su personaje es muy distinto a lo que había hecho hasta ahora, lo que para él constituye «un reto». Además, dijo haber descubierto con este trabajo el mundo del baile y de la danza, y agradeció todo el apoyo que en ese sentido recibió del reconocido bailarín Antonio Márquez, sevillano de origen pero criado en Eivissa y formado profesionalmente en la escuela de danza que Paco Torres y Antonio Martín tenían en Sant Antoni.
El vals, el tango, el swing son el marco con el que los personajes mantienen peleas y reconciliaciones, aunque en otras escenas les marcarán el ritmo el fox-trot y el rock and roll, a lo largo de una obra que invita al espectador a caminar por la vida evitando la intolerancia y los prejuicios.
El baile es el vehículo con el que los dos personajes se conocen, pero también con el que comienzan a dejar atrás sus complejos y sus frustraciones para abrirse y disfrutar más de la vida. Richard Alfieri mezcla la ironía y la mordacidad en una obra que sabe combinar diálogos, preguntas y respuestas con la expresión corporal dialéctica que corresponden a la música y al baile.
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