Obra de Canaletto presente en la muestra madrileña.

JULIO HERRANZ

Hasta el próximo 7 de junio la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid acogerá la exposición Settecento Veneciano. Del Barroco al Neoclasismo, producida por la Fundación Banco Santander y cuyo director técnico es Albert Ribas, el reconocido gestor cultural ibicenco, primer director de la sala de Cultura de Sa Nostra de la calle Aragón. Muestra comisariada por la doctora Annalissa Scarpa, que acerca, a través de sus principales protagonistas, la gran aventura que supuso el Settecento Veneziano. Una exposición excepcional, a cuya inauguración el 25 de marzo asistió el alcalde de Venecia, Pascuale Terracciano; el filósofo Massimo Cacciari, de visita esos días por España, y el profesor Nicola Spinosa, sopraintendente del Polo Museale Napoletano, el mayor experto en Barroco del mundo y colaborador habitual de Albert Ribas. A continuación, la muestra viajará a Sevilla, en cuyo Museo de Bellas Artes permanecerá desde el 16 de junio al 13 de septiembre.

Reúne obras de Belucci, Gian Antonio Pellegrini, Piazetta, Gian Antonio y Francesco Guardi, Pietro Longui, Jacopo Amigoni, Rosalba Carriera, Francesco Fontebasso, Gian Battista Pittoni, Gaspare Diziani, Gian Domenico y Lopero Tiepolo, Luca Carlevarijs, Bernanardo Belloto, Giuseppe Zais, Zuccarelli, Bison, Johann Ritcher, Francesco Albotto, Cimaroli; y, por supuesto, Sebastiano Ricci y Gian Battispa Tiepolo, buques insignias de una época, de una generación de artistas amables, poéticos y cosmopolitas.

Colaboraciones

Una muestra que ha sido posible gracias a la colaboración del Museo Capodimonte de Nápoles, con el que Albert Ribas ha trabajado en varias ocasiones organizando importantes exposiciones de carácter monográfico; el Museo Civil de Treviso, la Galería Nacional de Parma, la Banca Popular y la Pinacoteca de Vicenza, la Galeria de la Academia de Venecia, la Fundación Querini Stampalia y de las colecciones particulares Terruzi, Linares, Minarelli, Gallo y Cribiori. Colaboración que da fe de los estrechos lazos culturales que unen a estos dos países mediterráneos.

En el catálogo de la muestra Settecento Veneciano. Del Barroco al Neoclasismo, coordinado por Clara Colinas y del que es autor Anigal Guirado figura un texto de Víctor Nieto Alcaide, académico de la Real de San Fernando, en el que reflexiona sobre el florecimiento pictórico que supuso, dejando tras de sí una producción de indudable alcance que llevó a la Venecia de 1700 a primeras figuras internacionales.

Al respecto, precisa Víctor Nieto: «La pintura barroca veneciana se mueve bajo la influencia de grandes maestros como Rubens en pintores como Domenico Fetti, Jean Lyss y Bernardo Strozzi o por Luca Giordano en artistas como Ricci. No fue hasta entrado el siglo XVIII cuando Venecia recupera de nuevo su protagonismo y hegemonía y pasa a situarse en un lugar privilegiado en el contexto artístico europeo. Venecia vive un nuevo esplendor en el que triunfa un cosmopolitismo, cortesano y burgués. La pintura expresa este mundo, que capta, ensimisma y deleita los sentidos a través del ritual galante de la fiesta. Es una pintura que atrae intensamente el gusto de los coleccionistas y reyes, y el mundo de las cortes europeas que adquieren obras y llaman a artistas venecianos a trabajar a su servicio (...) Esta expansión de los artistas venecianos coincide por una moda común en Europa por 'los italianos' tuvo su proyección en los diferentes campos de las artes, la música, la interpretación en los diferentes campos del arte como la arquitectura o la música. Florecimiento que debe mucho al gran momento de la pintura que vive Venecia durante el siglo XVI», subraya el académico de la institución madrileña.