JULIO HERRANZ

El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas de este sábado 21 la representación del último montaje de la compañía Animalario, Urtain . Dirigido por Andrés Lima, con texto de Juan Cavestany, se trata de una coproducción de la reconocida compañía y el Centro Dramático Nacional sobre la vida del boxeador vasco, conocido como el Morrosko de Cestona, toda una figura mediática y simbólica en la España de los 60 y los 70, que se suicidó saltando de un décimo piso pocos días antes de la inauguración de la Olimpiada de Barcelona de 1992.

Roberto Àlamo encarna a José Manuel Ibar, Urtain, figura central de una obra cuyo reparto lo completan Raúl Arévalo, Luis Bermejo, Luis Callejo, María Morales, Alberto San Juan/Alfonso Lara, Estefanía de los Santos y Luz Valdenebro. «La idea de Juan Cavestany nació de la posibilidad de hablar de una época de España salida del franquismo hasta el final de su famosa transición marcada por las Olimpiadas. Pero también, contar la historia de un hombre pequeño, peleándose de verdad con el mundo, intentando saber quién es e intentando descubrir: '¿Qué he hecho yo para que todo lo que hago sea tan sucio?', como él mismo decía», ha explicado sobre la obra su director.

Símbolo y marca

Andrés Lima recuerda que Urtain fue utilizado como símbolo y marca. «La del toro, la del coñac, la España con dos cojones, la España de la raza que tanto gustaba a Franco. ¡Y encima era vasco!», añadiendo: «Necesitábamos un símbolo que saliera de la pobreza y el catetismo a base de hostias... y lo encontramos. Los políticos y la prensa se ocuparon de auparlo, y cuando estaba en lo más alto del trapecio lo dejaron solo y sin red. Urtain ya no interesaba. El alcohol, el olvido y la falta de recursos hicieron el resto».

Por su parte, el autor del texto señaló que no fue fácil documentarse sobre el Morrosko de Cestona. «No existía ninguna biografía; todo lo que respecta a su vida y a su carrera estaba desperdigado por las hemerotecas, las videotecas y los recuerdos, a menudo contradictorios, de los que le conocieron. Por lo tanto tuve que hacer un intenso trabajo de documentación y entrevistas para elaborar un esquema lo más completo posible de la vida de Urtain», precisó Cavestany, quien, sin embargo, quiso ir más lejos «de la crónica de un 'juguete roto' que culmina con un salto mortal al vacío. Así que decidí empezar por el final, conocido por todos, y caminar hacia el origen envuelto en las tinieblas de la España profunda».

El resultado es «un viaje a través de una España que se mueve por un camino marcado por la sangre y la política, el destino y la fabricación, la inocencia y la mentira, el deseo atormentado y la posibilidad siempre fugaz del éxito», concluye el autor de Urtaín, miembro del equipo fundacional de Animalario. Una singular compañía que tiene en su haber obras tan exitosas como Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente (2003), Últimas palabras de Copito de Nieve (2005) o Marat Sade (2007).