Ben Clark nació en Santa Gertrudis y actualmente reside en Salamanca, donde estudia y trabaja.

JULIO HERRANZ

La editorial Delirio de Salamanca acaba de publicar con el número 1 de su Colección Krámpack Cabotaje, de Ben Clark, una nueva edición, ampliada, del libro con el que el poeta ibicenco ganó en 2005 el Premio Art Jove de poesía en castellano. Libro que sale acompañado del poemario No haber nacido, de Gonzalo Escarpa. Ganador ex-aequo en 2006 (junto a Urbi et orbi, de David Leo García) del XXI Premio de Poesía Joven Hiperíón con Los hijos de los hijos de la ira, Clark ha sido invitado para participar el próximo octubre en México en el Festival de Poesía Iberoamericana Vértigo de los Aires.

-¿Por qué publica ahora Cabotaje?

-El libro salió originalmente como publicación del Govern por el premio Art Jove 2005. Este tipo de publicaciones suelen ser muy difíciles de conseguir en las librerías y, además, sentía que era hora de revisar un poco los textos. He aprovechado la oportunidad que me ofrecía la Editorial Delirio para volver a meditar sobre el libro e incluir algunos poemas nuevos hasta hoy inéditos.

-¿Al estar escrito antes que Los hijos de los hijos de la ira, ¿lo ve muy adolescente?

-No es un libro adolescente y, aunque lo fuera, no creo que eso sea algo necesariamente malo. La adolescencia es una de las épocas más interesantes de nuestra vida, cualquier creación realizada en esta época suele ofrecer una frescura y una honestidad que luego el 'poeta profesional' a veces imposta. Cabotaje es un librito escrito cuando sentí que debía escribirlo, sin más.

-¿De qué va la colección Krámpack?

-La colección Krámpack de la Editorial Delirio parte de 'mostrar' lo que, en general, se suele intentar esconder; esto es el trato de favores que existen entre los autores de numerosos prólogos y los escritores a los que prologan. En nuestro caso Gonzalo Escarpa ha escrito un libro extraordinario (No haber nacido) y yo uno menos extraordinario pero que lleva un prólogo extraordinario de Gonzalo Escarpa. Su libro lleva un prólogo mío. El que sepa qué es un Krámpack entenderá, pues, el nombre de la colección.

-¿Tiene algún proyecto literario entre manos?

-En breve la Editorial Huacanamo, de Barcelona, publicará un libro nuevo. MEMORÍA, así: con mayúsculas y acento. También estoy pendiente de la publicación de los Poemas de Amor, de Anne Sexton, que he traducido para la Editorial Linteo.

-¿Ha dejado de escribir poesía en catalán?

- No. Aunque sí que es verdad que la cantidad de poemas ha disminuido. Muchos de mis autores favoritos siguen siendo catalanes, con lo cual es inevitable que me tiente escribir en este idioma; idioma que es, por otro lado, parte de mí y de mi vida.

-¿No le tienta volver al teatro, a actuar?

-Sí, pero, como siempre, el tiempo es el problema. Me encantaría volver a trabajar con L'Increat, pero no vivo en Eivissa todo el año. Es un problema. No sé, el teatro, como siempre se dice entre la afición, es un veneno incurable. Por suerte.

-¿Sigue estudiando y trabajando; en qué?

-Ahora mismo combino mis actividades periodísticas con recitales, gestión cultural, una página web de literatura infantil, traducciones. Vamos, una ramera cultural. Es lo que hay y estoy contento.

-Recomiende algún poeta joven que le interese.

-Recomiendo, como siempre, a David Leo García. Llevo desde el 2006 detrás de lo que escribe y creo que tiene grandes cosas que ofrecer. Aparte me interesan otros autores como un vallisoletano llamado Víctor J. Vázquez o un salmatino desconocido llamado Pablo Herrero. Y, aunque no sea joven ni español, aprovecho para recomendar a Stephen Dunn.