EFE-BARCELONA

El periodista gerundense Gaspar Hernández reivindica las llamadas terapias naturales y «nueva conciencia» en su novela «mística» El silenci, con la que el martes obtuvo el Premi Josep Pla de novela en catalán. Va sobre un hombre que habla con una joven japonesa dormida bajo los efectos de un somnífero y desnuda. La obra transcurre en Formentera, donde Umiko imparte clases de meditación después de haber vivido una experiencia traumática en un monasterio zen.

Hernández, periodista radiofónico y columnista en varias publicaciones catalanas, explicó ayer que la novela se sitúa en la frontera de la «autoficción», pues el narrador es «mi alter ego». Umiko, enferma de cáncer, cree en las propiedades curativas de la voz, y el narrador de la novela deberá hablarle durante toda la noche y la madrugada mientras ella duerme en una suerte de «curación espiritual». En su monólogo, el narrador le habla sobre la enfermedad y las remisiones espontáneas, «esas curaciones sorprendentes que a menudo se atribuyen a milagros», sobre el mundo de la autoayuda y el crecimiento personal, la meditación y el deseo erótico.

El título hace alusión al «silencio interior que se consigue mediante la meditación», apuntó el periodista, que se interesó hace años por el zen, cuando descubrió que era «una gran escuela de vida, que va a lo esencial y puede ser muy beneficiosa para la salud mental, que no deja de ser la salud física», precisó Hernández, quien para escribir El silenci tuvo presente a Tanisaki, Kawabata, Osho, Krishnamurti, y también a Josep Pla, al que trata de seguir «en su descripción de los paisajes».