Henry Sarmiento nació en Estados Unidos, de padre colombiano y madre sueca; se considera «ciudadano del mundo».

JULIO HERRANZ

Aunque la gente corriente no esté muy enterada de qué va el negocio musical gordo de esta isla, ese que mueve millones y atrae a jóvenes de todo el mundo, la verdad es que Eivissa «es una potencial industrial en este negocio». Así lo apuntó ayer a este periódico Henry Sarmiento, reconocido ingeniero de sonido de prestigio internacional y propietario del Sonic Vista Studios, instalado desde hace unos dos años en una antigua finca payesa por la zona de Sant Josep.

Desde allí trabaja para «una cartera vastísima de clientes», que va desde importantes etiquetas discográficas de la isla, como Café del Mar o Pachá, a otras más o menos conocidas de varios países (Aple ITunes, OM Records. Vision Quest, Harmonia Records... Global Phonic...); y trabajos directos con artistas como We Are Scientist, Andy Taylor, Beat Master G, Mucho Muchacho, Pete Tong, Bloc Party, Flaming Lips Original, Mar Farina and Derek Carter...

A sus 34 años de edad, Henry Sarmiento lleva en el negocio musical desde los 16. Norteamericano de nacimiento, es hijo de padre colombiano y madre sueca, con ascendentes familiares españoles de una vieja familia de Santander que tenía escudo de armas propio; aunque esa rama parece ya desvanecida en el tiempo. En su precoz y ambiciosa trayectoria profesional ha grabado, mezclado y masterizado discos de artistas punteros, incluidos miembros de grupos como Santana, Grateful Dead, Journey, o bandas como Tower of Power o Currently.

A la pregunta de por qué se ha instalado en Eivissa, contesta con una referencia histórica: «Básicamente, por la misma razón que se instalaron aquí los fenicios. Es un lugar estratégico para estar cerca de cualquier punto de Europa y del resto del mundo. Y como Eivissa es la capital mundial de la música electrónica, creo que era importante instalar en la isla el único estudio de mastering enfocado hacia todo tipo de música de calle de todo el mundo. Es una isla preciosa en el Mediterráneo, pero con las comunicaciones y los medios actuales, puede ser también un centro del comercio musical internacional», precisó.

En su trabajo, internet es un instrumento básico para comunicarse y negociar con sus clientes. «Yo no tengo que hacer promociones de artistas; mi trabajo es sobre todo de estudio. No me afecta si un disco se vende más o menos, aunque, claro, procuro que mi trabajo sea el mejor posible. Los riesgos los asumen las discográficas y los demás clientes», reconoció con sinceridad Sarmiento, bien consciente de las posibilidades que tiene Eivissa en el campo en el que él se mueve como pez en el agua. «Esta isla es un punto de referencia mundial del negocio musical. Mucho más de lo que se vende como Ibiza Sound. Por aquí pasan más 'escuchadores' profesionales que en cualquier otro lugar del mundo, que están bien atentos en saber por dónde van los tiros en todo lo que sea la música que se hace en la calle», aseguró el ingeniero de sonido.