Pedro (cajón) y Jose (vocalista) en uno de los ensayos del grupo.

JULIO HERRANZ

Es un lugar común, por sobado y conocido, eso de que hace falta valor y más moral que el Alcoyano para atreverse en Eivissa a formar un grupo de rock, pop o algo por el estilo. Son ganas de estrellarse más tarde o más temprano contra los molinos de viento del estilo oficial de la isla: las discotecas y sálvese quien pueda. Lo que sorprende, sin embargo, es que entre los más jóvenes (nadie escarmienta en cabeza ajena) siguen surgiendo propuestas más o menos novedosas que vuelven a intentarlo, creyendo que ellos sí van a salirse con la suya. Y ojalá así fuese, por lo menos en los casos más creativos, los que aportan aire fresco, voluntad, talento y algo de gracia; como sucede en el caso del grupo Funkalé.

Su trayectoria con ese nombre es más bien corta, pues se presentaron en público el pasado invierno en el concurso de Sargantana, donde cantaron cuatro temas y ganaron el segundo premio. Pero algunos de sus miembros tienen ya tablas en esto de la música en directo, como es el caso de Pedro García Brekón (cajón y coros) o Ismael Rodríguez (guitarra y batería), curtidos en muchas de las movidas flamencas que suele organizar el guitarrista Marcial Rodríguez, padre de Ismael. «Los más jóvenes del grupo teníamos ganas de hacer algo diferente, más movido, también con ritmos latinos y otras fusiones para que llegará más a la gente», explicó Brekón a este periódico.

Así surgió el grupo 'Ni a la de tres', «en el que estábamos el Ismael, la Mati, Coco (su hermano) y yo. Hicimos unas cuantas actuaciones, pero luego se deshizo. Entonces empezamos a tocar con Manu y Jose, que tenían el grupo 'Pa ké ensayar'. Querían buscar el rollo flamenquito y se habían quedado sin músicos. El Jose es también calorrito, nos conocemos desde críos y me dijo que tenía ganas de presentarse al concurso de Sargantana, con temas guapos y tal. Entonces fuimos a su casa, empezamos a hacer los arreglos y nos metimos de lleno en Funkalé», subrayó.

Así, la formación del grupo, cuyo nombre es un cruce entre 'funk' y 'caló' (de gitano, o 'calorro', en la jerga de los más jóvenes), quedó así: Ismael y Pedrito, más Manu Fernández (bajo), José María Vargas (cantante) y Luis González Coco (guitarra eléctrica). «Ya tenemos 13 temas, todos nuestros. José hace las letras y nosotros hacemos la música, añadiendo esa vena flamenca que no encontraban. El resultado es algo así como funky flamenco, pero metiendo cajones, algún rap, raggae... un buen puchero con canciones animadas y muy pegadizas que gustan bastante y animan para bailar. Hay gente que hasta ya se sabe las canciones, porque en la casa donde ensayamos solemos hacer torradas, vienen los colegas y luego se van moviendo por donde actuamos», relató Pedro García, que tiene 24 años y cuya historia con el cajón viene de lejos: «Desde los 9 años. Mi padre tenía un cajón chiquitillo de una máquina de coser; le corté una tabla a medida, le puse una chapa de coca-cola y una cuerda de guitarra y ahí empecé con los primeros porrazos», recordó.

Entre las actuaciones de Funkalé, la que más impactó ha tenido de momento fue en el recinto ferial el pasado julio, como grupo telonero de Los Secretos en el festival Estiu Jove. Los que tengan curiosidad por conocer como suenan, es fácil que lo puedan comprobar en la Feria Andaluza de la semana que viene. «No tenemos nada contratado, pero nos juntaremos y tocaremos en alguna caseta, para que la gente vea que hacemos cosas diferente», prometió Brekón sin dar más pistas.

Sobre planes de futuro, conociendo desde niños de qué va el tema, parece que Funkalé lo tiene claro: «Ensayamos bastante, muchas horas. Hay que estar bien preparados. Tenemos ganas de comprar entre todos una furgoneta grande, hacer una maqueta bien trabajada y presentarla en alguna discográfica o a alguien conocido que nos pueda echar una mano; porque sabemos bien que no es nada fácil abrirse camino en esta historia; pero ilusión y ganas tenemos de sobra. Todos, empezando por Ismael (17 años), que es el cerebrito del grupo, aunque todos trabajamos los temas; pero él tiene su magia», afirmó Pedro García, satisfecho también de cómo ven Funkalé sus mayores. «En mi familia, todo lo que sea música se ve bien en la casa».