JULIO HERRANZ

«Es un libro denso, de lenguaje bien escogido: desde expresiones de la calle hasta palabras propias de la filosofía. O de panfleto político, o del catecismo, mirados desde el otro lado. Es un libro cuya lectura inquietante nos lleva al desasosiego». Con estas palabras, Pau Sarradell resumió ayer su opinión sobre «No pas jo», el poemario de Manel Marí merecedor del I Premi Mallorca de Poesía (2005; Proa-Editorial Moll), cuya presentación tuvo lugar en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» por el autor y su amigo y cómplice literario.

Una presentación que -como suele ocurrir en las intervenciones públicas de Manel Marí- estuvo regada de vino, no sólo para los asistentes y al final, sino para los oficiantes y durante la ceremonia. Ceremonia que incluso llegó a tomar el carácter de una perfomance etílica. Como en 'No pas jo' se hace una crítica a la luz como exponente del lado oscuro de la sociedad, los dos últimos poemas fueron leídos por Pau Sarradell con linternas y con la luz de la sala apagada.

Además, rizando el rizo, la traca final fue una lectura dramatizada de «Eucaristia», un poema del libro en el que se habla de comulgar con los restos que quedan sobre la mesa y que alude como referencia a la «Confraria del Bon Beure», una entidad surgida en Valencia de la que Manel Marí es devoto miembro desde hace años. Pues bien, Sarradell leyó el poema tras derramar el vino de la copa que (al igual que Marí) tuvo durante el acto y estrellarla contra la mesa.