JULIO HERRANZ

Luc Dessois, director de escena de la Opera de la Bastille de París y residente en Formentera durante temporadas desde hace casi 20 años, falleció el pasado domingo en Burdeos a los 57 años de edad y como consecuencia de una larga enfermedad. «Para Luc Formentera fue un foco muy importante en su vida que estimulaba mucho su creatividad; por eso creo que sería una cosa muy buena que la isla se acordase ahora de él», explicó ayer a este periódico la polifacética artista Isabel Echarri, gran amiga junto a su marido (Diego Etcheverry) del malogrado director de escena. «Colaborábamos con él muy a menudo; también lo hizo en dos espectáculos con nuestra hija Paloma; tenían una relación muy buena entre ellos», añadió Echarri, que estos días está preparando en Eivissa una exposición que inaugura el día 12 en «Sa Nostra».

Incondicional de Formentera, donde surgieron muchas de las ideas que luego admiraban en París y en otras grandes ciudades europeas, hace unos cinco años Luc Dessois «se compró una casa en la Mola, que le encantaba. Solía venir cada dos meses a Formentera a pasar una semana», recordó ayer Isabel Echarri, muy afectada por la pérdida de tan entrañable y querido amigo. En cuanto al posible homenaje que pudiera acoger la isla en su memoria, barajó varias posibilidades: «Podría ser algo de ópera, coger una de las que ha montado; o un ballet en los que haya participado Eric Frederic, bailarín en la Opera de Burdeos», precisó refiriéndose al compañero de Dessois. «Incluso, que fuera en el espectáculo que Eric va a hacer en la isla el día 22. Creo que tiene dos partes: en la primera es el baile de Formentera interpretado de una forma contemporánea, y en la segunda un pas a deux», precisó Echarri.

La colaboración entre Luc Dessois y el matrimonio tenía una próxima cita para mayo de 2007 con la Opera-Théâtre de Metz, en un montaje de «The Sound of Music» («La Mélodie du Bonheur», en francés), el popular musical de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II sobre la familia Trapp; un canto al amor frente al fascismo alemán, y todo un éxito en su versión cinematográfica, traducida en castellano como «Sonrisas y Lágrimas».