Benjamí Costa durante su conferencia sobre la Eivissa púnica, ayer en el Consell Insular.

El salón de plenos del Consell acogió ayer la segunda entrega del ciclo «Nuestra Historia - Vuestra Historia», organizada por la institución para acercar la historia de las Pitiüses a la población inmigrante. El protagonista fue Benjamí Costa, conservador del Museu Arqueològic, con una conferencia sobre la «Eivissa púnica», que tendrá como complemento una excursión mañana domingo al poblado fenicio de sa Caleta. La próxima entrega del ciclo será el 5 de mayo con una conferencia de Joan Pinya Torres sobre «La conquesta catalana d'Eivissa».

Ante la amplitud del tema de la Eivissa púnica, y al tratarse de una charla divulgativa, Benjamí Costa acotó su exposición «en unas pinceladas sobre esta época tan importante de nuestra historia»; que se estructuraron en tres etapas, la formativa, la de desarrollo y la de la transformación. «La Eivissa púnica tuvo una etapa formativa muy interesante, parecida a la de otros sitios del Mediterráneo; pero la diferencia es que aquí la hemos podido documentar arqueológicamente con bastante solidez de pruebas empíricas; que es una doble colonización, primero fenicia y luego púnica».

El conservador del Museu Arqueològic subrayó en esa etapa «los púnicos se instalan en sa Caleta y en la bahía de Eivissa. Luego se abandona sa Caleta y todo el poblamiento se concetran en la ciudad, que tiene una etapa de crecimiento importante a la que se le suma una aportación de nuevas gentes púnicas del Mediterráneo central. Esto sucede porque Eivissa, como otros centros fenicios del Mediterráneo, cae bajo la órbita de Cartago y entra a formar parte de esa coiné (coalición) púnica en la que Cartago tiene un peso principal en la toma de decisiones», precisó Costa.

Una época en la que hay nuevos aportes de población, «seguramente norteafricanos, que son los que hacen posible un crecimiento espectacular del poblamiento; no sólo en la ciudad, que lo vemos sobre todo en la necrópolis del Puig des Molins, sino también en el hecho de que el resto del territorio insular es poblado mediante una serie de pequeños enclaves campesinos, que son los que ponen en explotación sus recursos agropecuarios y marítimos».

A partir de esa etapa, «Eivissa tuvo un peso importante en el Mediterráneo occidental como canalizadora de la política púnica dirigida por Cartago; tanto en las Islas como en Levante, la costa catalana y el sur de Francia».

Benjamí Costa recordó que la época «propiamente púnica no se puede precisar con precisión; abarca un largo periodo de nuestra historia que va desde alrededor de los años 540, 30 o incluso 25 a.C -descontando la época fenicia-, hasta, aproximadamente, el año 74 d.C., cuando gracias al decreto de Vespasiano Eivissa pasa a ser un municipio romano de derecho latino», concluyó el conservador del Arqueològic.