EFE|MADRID|R. C.

El poeta, ensayista y traductor leonés Antonio Colinas celebra este mes los 30 años de la aparición de su poemario «Sepulcro en Tarquinia», con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía y el Nacional de la Crítica, poniendo voz al texto, corregido y pulido, para la colección disco-libros de Visor. Una iniciativa que se suma a la nómina de autores reconocidos que han ido apareciendo en voz propia (escrita y hablada) en la editorial más lírica del país.

Así, con la distancia que dan estos treinta años, y siendo consciente de que fue un libro, según reconoce a Efe, que marcó «un antes y un después» en su vida, Antonio Colinas (La Bañeza, 1946) ha querido celebrar ese cumpleaños con esta grabación, que se suma a más de 35 años de trabajo poético que «ha dado sentido a toda una vida», dice.

De esta manera entiende el autor de «Noche más allá de la noche» su labor poética, de pensamiento armónico y sosegado, donde vida y poesía no se confunden. «Creo que este libro es el que más gusta a mis lectores, y sé que tiene unos lectores especiales porque posee una carga de misterio y de irracionalidad. Existe en él una contraposición entre dos mundos y culturas. Por una parte, el mundo de Italia donde lo escribí, y por otro, el de las tierras de mis orígenes del noroeste, creando un diálogo subterráneo», subraya el escritor, residente desde hace varios años en Salamanca, después de su larga estancia de dos décadas en la isla de Eivissa, donde aún sigue regresando los veranos.

Según Colinas, «Sepulcro en Tarquinia» es un libro central en la primera etapa de su poesía; «luego viene una segunda etapa, que se abre con 'Astrolabio' (escrito ya en mi etapa ibicenca), que supuso una inflexión en mi carrera y que comienza con la depuración del lenguaje, a la que le sigue una tercera, con 'Silencios de fuego', donde queda de relieve un latido humano intemporal, pero al ritmo de la realidad contemporánea».