El conseller insular de Patrimoni, Joan Marí Tur, ha anunciado
que el próximo 2 de diciembre, en la Sala de Cultura de Sa Nostra,
se llevará a cabo la presentación del proyecto de recuperación de
las fites que a través de las Gràcies reials concedidas a Marc
Ferrer y Antoni Blanc a finales del siglo XVII, condicionaron de
forma clara el crecimiento y desarrollo de la población en la
Pitiusa menor.
Se trata de un encargo realizado por el Consell Insular al
arquitecto formenterés Marià Castelló, responsable asimismo del
proyecto de restauración de la torre de defensa situada en la Punta
de la Gavina, en la finca pública de Can Marroig. El proyecto de
preservación de las fites se centra en dos de las tres primeras
gracias o concesiones reales de Formentera a finales del siglo
XVII, la primera que se hizo a Marc Ferrer y la tercera en
beneficio de Antoni Blanc, casado con Isabel, hija de Marc Ferrer.
En el caso de la segunda concesión no se precisaron fites por
cuanto contemplaban el resto de la isla al este de la primera
gracia que se le había otorgado.
Castelló subraya en su proyecto que las mediciones efectuadas a
finales del XVII fueron casi perfectas, tanto en la limpieza de su
trazado como en la superficie, y en segundo lugar destaca que «las
gracias reales deben entenderse como la materialización del primer
paso del repoblamiento definitivo de Formentera que condicionará,
hasta la fecha, el crecimiento de la isla mediante sucesivas
parcelaciones».
Castelló señala que la media legua de terreno boscoso que se
concedió a Marc Ferrer no se marcó como se tenía previsto porque no
se podía inscribir en la geometría de la isla «pero pese a las
correcciones y la inclusión de triángulos correctores, las 1600 Ha
de superficie quedaron fijadas en realidad en 1619'36 Ha, una
desviación mínima que se mantiene en el cuarto de legua concedido a
Antoni Blanc ya que sus 400 Ha fueron finalmente 407'70 Ha, lo cual
denota lo preciso de las mediciones que se hicieron en unos
terrenos poco favorables».
Según Marià Castelló, que ha elaborado su proyecto basándose en
gran parte en los trabajos realizados por Joan Marí Cardona «la
gracias reales representan el principio de la entropización del
territorio por parte de la población, son el establecimiento de
unas directrices que condicionan aún hoy en día la fisonomía y
fraccionamiento de la isla en propiedades cada vez más pequeñas».
Las fites que delimitan los extremos de los territorios en cuestión
son importantes como recuerdo histórico y porque deterioradas, la
mayoría de ellas aún son visibles, «pero tanto o más importante que
las fites son los trazados de las parets seques y los caminos que
conforman el perímetro de las gracias reales, hasta el punto que
conociendo los trazados es fácil encontrar las fites, los puntos de
confluencia de los mismos, sistema que se ha utilizado para
elaborar el proyecto».
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