Catina Costa, Vicente Valero, Carolina Torres y Leopoldo Irriguible, ayer en la sala «Sa Nostra».

La Sala de Cultura de «Sa Nostra» acogerá a las 20,00 horas la inauguración de una exposición de pintura de Leopoldo Irriguible titulada «Espais de llibertad», que estará abierta al público hasta el próximo 6 de abril. Hacia diez años que el pintor aragonés, residente en Eivissa desde 1974, no presentaba una muestra individual, aunque sí ha participado en distintas colectivas, tanto dentro como fuera de la isla. En estos momentos, una obra suya figura en una amplia muestra sobre Marilyn Monroe que acoge con gran éxito el centro cultural de la Casa de la Villa de Madrid.

Alrededor de 40 obras de distintos formatos conforman esta muestra que ocupa los dos espacios contiguos de la sala de la calle Aragón 11. Obras reunidas en el catálogo, editado con la colaboración de la Conselleria de Cultura, con amplia documentación bibliográfica y un texto crítico sobre su obra del poeta Vicente Valero, quien afirmó ayer en la presentación de la exposición que Leopoldo Irriguible «es uno de los artistas más importantes que ha trabajado en Eivissa en los últimos 50 años».

Lo más llamativo de la nueva obra del polifacético artista maño es el color. «Es algo que he ido dosificando a lo largo de los años; desde el blanco y negro del principio a la posterior incorporación de grises y otros tonos», apuntó Irriguible, quien al respecto evocó un comentario que el filósofo francés Roland Barthes le hizo en París en 1979, cuando el pintor asistía a un curso que aquél daba sobre semiología de las formas. «Me dijo que tardaría años en encontrarme con el color; y no se equivocó».

También sorprende (aunque no tanto a los conocedores de su obra) los formatos de los cuadros, que se escapan de lo convencional en pintura. «Me interesa bastante la relación del cuadro con el entorno, con los formatos y con el color, que aquí va desde los monocromos a los colores gestuales. Para mí, la pintura debería andar actualmente por estos caminos».

Recordando sus «intervenciones artísticas» en París en 1979, alterando las señales de tráfico, con el «sentido de llamar la atención sobre imágenes predeterminadas», Irriguible afirmó que «hoy abundan las instalaciones banales, con mayor intención teatral y lúdica que artística». Y aunque el mundo de las instalaciones sea una tendencia que invade cada vez más los espacios artísticos, apuntó que «con esta exposición quiero reivindicar las posibilidades de la pintura; en la forma, fondo, superficie, color, trazo... para demostrar que aún se puede innovar en este arte». Y, en su caso, más que con la nuevas tecnologías. «La utilizo para diseñar carteles, pero no en pintura, aunque me tienta. Lo intenté con una pantalla gráfica, pero no funcionó», reconoció.