El Rey Don Juan Carlos y la Infanta Cristina, cuya presencia no
estaba prevista, inauguraron ayer el nuevo Museo de la Ciencia de
La Caixa de Barcelona, «CosmoCaixa», que ha ampliado su espacio
hasta 50.000 metros cuadrados.
Don Juan Carlos fue el encargado de empujar una palanca que puso
en marcha el «Clepsida», una instalación ubicada en la entrada del
recinto formada por un reloj de agua que puso en marcha un
mecanismo a través del cual surgió el logotipo de CosmoCaixa del
agua. Muy atento a todas las instalaciones, Don Juan Carlos no cesó
de preguntar curiosidades a los responsables del museo y explicar
anécdotas.
Una de las escenas más simpáticas se produjo en el «Bosque
inundado», un invernadero de unos mil metros cuadrados que recrea
la selva amazónica. Con más de 50 especies animales y 80 de
vegetación, el director del museo, Jorge Wagensberg, animó al Rey a
asomar la mano hacia el estanque, donde un «pirarucus», un pez
carnívoro de la selva amazónica se siente atraído por la carne
humana y salta a la superficie al notar su presencia. Don Juan
Carlos no dudó en probarlo, así como el presidente Maragall, lo que
provocó momentos de «tensión»,según Wagensberg.
De hecho, Don Juan Carlos se sintió muy atraído por este
espacio. «Estaba encantado con la selva, se ve su espíritu
aventurero», dijo. Asimismo, el Rey sintió especial interés por los
homínidos, que recrean la evolución de la especia humana. En este
punto, Don Juan Carlos explicó que un amigo suyo sentía miedo de un
primate suyo por lo inteligente que era, según contó el
director.
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