T.C.R.

El segundo monumento que se reinaugura esta semana es la iglesia de San Francesc. La capilla inicialmente construida durante la repoblación de Formentera, la primera piedra fue colocada en 1726 colaboración del pueblo, que puso tanto los materiales de construcción como la mano de obra. La estructura fue acabada en 1785. Se trata de un iglesia-fortaleza con características parecidas a la iglesia de Sant Miquel y Sant Antoni, construidas en la misma época. En este templo destaca el sistema de defensa de la puerta, protegida por un vacío vertical, del cual se podían lanzar objetos en contra de los eventuales asaltos sufridos por la isla. De interior sencillo la iglesia la compone una nave alargada y cubierta. Desafortunadamente las reliquias de su interior fueron destruidas, el contenido actual proviene de las monjas de clausura en Eivissa. La iglesia es una digna representación de una época guiada por una moralidad religiosa. Las dos atracciones son visitas interesantes para todo aquel que quiera contacto directo con vivencias ajenas a la actual.

Dos nuevas atracciones históricas de las Pitiüses se pueden visitar a partir de esta semana en horario de mañana: la cueva de Santa Agnès en Eivissa y la iglesia de Sant Francesc, en Formentera. La reinauguración de estas forma parte de las actividades realizadas por la conselleria de patrimonio histórico, a fin de facilitar la accesibilidad y fomentar la conservación de tales monumentos. En la cueva de Santa Agnès han incluido, en el presupuesto de 4.155 euros, un vigilante que permanecerá allí todas las mañanas del año, excluyendo los lunes. La cueva de Santa Agnès es una cavidad natural subterránea a pocos kilómetros del centro urbano de Sant Antoni de Portmany. Tiene una planta irregular con una sala relativamente amplia y otras galerías más estrechas. Su frontal es una arco de piedra irregular de perfil moderadamente apuntado. En la parte posterior hay un altar, hecho también de obra y hornacinas en los laterales, en el que se encuentran dos esculturas clásicas, imágenes esculpidas de Jesús en la cruz y la patrona de la cueva.

Se trata de un lugar con historia tanto verídica como leyenda. Los historiadores la consideran de época paleocristiana, excavabada para la reclusión durante las persecuciones romanas contra los cristianos. Este espacio subterráneo y el manantial que existía en su contorno fue aprovechado, como un lugar de tal belleza natural, para misas y otros actos religiosos en los primeros años que siguieron la conquista, previa a construcción de la iglesia de Sant Antoni. La tradición relata la historia del cuadro de la Santa, que en el día de Sant Bartomeu fue entregado por un caballero de procedencia desconocida, cumpliendo una promesa que hizo a raíz de un temporal que había puesto en peligro la nave en la cual viajaba. Al parecer, la iglesia autorizó la construcción de una capilla en el interior de la cueva para rendir homenaje a dicho cuadro.