EFE|BARCELONA

Obras de Picasso, Kokoschka, Léger, Henry Moore, Malevich o Robert Capa, juguetes bélicos o discursos de Goebbels, Castro y Bush recorren, en la exposición «En guerra», la experiencia de los conflictos bélicos, sus orígenes y efectos a lo largo de la historia, vistos como arte y tragedia. El director del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), Josep Ramoneda, comentó ayer en la presentación que la muestra se detiene especialmente en el fenómeno de la guerra en el siglo XX, cuando «las armas de destrucción masiva se convierten en habituales, lo que determina que cada vez mueran menos militares y más población civil». El final del siglo apunta, según Ramoneda, una de las novedades en los conflictos, la «privatización de la guerra», que «está condenado tristemente a ser uno de los elementos centrales de los conflictos del futuro».

Los tres comisarios de la muestra, José María Ridao, Francesc Torres y Antonio Monegal, han diseñado un recorrido por la experiencia de la guerra, que no sigue una secuencia cronológica, sino temática, y se detiene a analizar los diferentes estadios de un conflicto. Comienzan con «La socialización de la violencia», que demuestra que la guerra no es sólo un fenómeno militar, sino que tiene un trasfondo cultural y social, aquí ilustrado con juguetes bélicos («La entrada en Madrid», de 1940, o un juego de puntería «La reconquista de España», de 1939) y obras de Antoni Miralda o Martha Rosler, que denuncian la presencia de la guerra en nuestra cultura, o la foto «Niños jugando a la guerra» (1936), de Centelles.

Una reproducción del despacho de Hitler, un retrato de Queipo de Llano con el micrófono que utilizó en el primer caso de uso de los medios de comunicación como arma de guerra, un globo terráqueo que Hitler tenía en su despacho con los territorios que debían incorporarse al III Reich se exhiben en el apartado «La construcción del enemigo». La exposición dedica su cuerpo central a la experiencia de la guerra, tanto de los combatientes como de la población civil a través de audiovisuales de Marilyn Monroe, Bob Hope y Marta Sánchez animando a las tropas, obras de artistas militares desconocidos y de la vanguardia histórica como Léger o Picasso.