El Ayuntamiento de Eivissa tiene que elegir entre siete
alternativas el diseño futuro del palacio renacentista conocido por
unos como Can Botino y por otros como Can Montero, un edificio que
se erige en Dalt Vila muy próximo al Consistorio y que acogerá en
su espacio parte de sus dependencias que lo convertirán, según las
posibilidades que baraja el equipo de gobierno municipal, en la
nueva sede institucional.
Aunque la corporación municipal está pendiente de los informes
técnicos, el ejecutivo municipal y el gerente del Consorci Eivissa,
Patrimoni de la Humanitat, Emilio Pérez Echagüe, han tenido ya la
oportunidad de conocer de primera mano los siete proyectos que esta
semana les han presentado las propias empresas, todas ellas de
ámbito nacional y con experiencia reconocida en el campo de la
rehabilitación. Los responsables de estos proyectos emplearon
maquetas, paneles, CDs y otros materiales para dar a conocer sus
ideas a los responsables municipales que se mostraron gratamente
sorprendidos por la calidad de las presentaciones y de los
proyectos. Entre otras curiosidades, el gerente del Consorcio
apuntó que algunas de las empresas han respaldado sus trabajos con
estudios de la rehabilitación de palacios genoveses.
Los siete planteamientos, en los que se intenta fundir la
funcionalidad de los espacios con el respeto a los elementos
originales del palacio, cumplen con las exigencias planteadas en el
concurso convocado por el Consistorio para la redacción y la
ejecución de las obras de rehabilitación, según aseguró
Echagüe.
En todos ellos se sitúa en la planta baja el archivo de imagen y
sonido del Consell y en la segunda se ubican un salón para usos
institucionales, las dependencias del Alcalde, los dos tenientes de
alcalde y los grupos municipales. La bajocubierta o buhardilla se
destina a dependencias municipales.
En cuanto a la distribución de los espacios, sólo uno de los
proyectos, calificado por Echagüe como el «más vanguardista»,
plantea a ambos lados del inmueble la construcción de edificaciones
de diseño moderno que albergarían por una parte los ascensores ,
entre otras cosas, y por otra la cafetería, un servicio que
prácticamente en todas las iniciativas se plantea como una anexo a
Can Botino. En lo que respecta a accesos, casi todos los proyectos
dan dos opciones de entrada: por la calle Santa María y por Pedro
Tur.
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