Los Reyes de España inauguraron ayer el Museo Picasso de Málaga,
una colección permanente de 204 obras con las que el artista
regresa a su ciudad natal 122 años después de su nacimiento, y
cuando han pasado 30 años de su muerte. A su llegada al puerto de
Málaga, a las 11.00 horas, los Reyes fueron recibidos por la
ministra de Cultura, Pilar del Castillo, y el presidente andaluz,
Manuel Chaves, y aclamados por cientos de personas, a pesar de la
lluvia que caía en la ciudad. Don Juan Carlos, ya sin su uniforme
militar, y Doña Sofía, llegaron minutos antes del mediodía al
Palacio de Buenavista, donde aguardaban la nuera del artista,
Christine Ruiz-Picasso, y su hijo Bernard, así como el presidente
andaluz, Manuel Chaves; la consejera andaluza de Cultura, Carmen
Calvo, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Don Juan
Carlos descubrió la inscripción en la que se da fe de la
inauguración del museo, y a continuación saludó al resto de
autoridades, familiares de Picasso, y arquitectos del
extraordinario museo.
En su recorrido, el monarca tuvo la oportunidad de ver las obras
expuestas en las doce salas de la colección permanente, tras lo que
visitó la parte de nueva construcción. Tras la visita, los Reyes
participarán en una recepción, que por las condiciones
meteorológicas se celebrará finalmente en el Palacio de la Aduana,
sede de la Subdelegación del Gobierno en Málaga, en lugar de la
Alcazaba como estaba previsto. Los artífices principales de la
pinacoteca, Christine y Bernard, nuera y nieto de Picasso,
encabezaron la representación familiar de Picasso, aunque en el
Palacio de Buenavista, un edificio del siglo XVI con elementos
renacentistas y mudéjares, también estuvieron tres hijos del
pintor, Claude, Paloma y Maya, y su sobrino Jaime Vilató Ruiz.
Antes de la llegada de Don Juan Carlos y Doña Sofía, los dos hijos
de Bernard, Olga y Claude -nombres en recuerdo de la abuela y el
tío de su padre- miraban expectantes el revuelo, uno de ellos con
un sombrero que hacía recordar uno de los cuadros más emblemáticos
del Museo, «Retrato de Paulo con gorro blanco».
Christine y Bernard han donado las 204 obras que componen la
colección permanente de la pinacoteca, mientras que las salas para
exposiciones temporales albergan la muestra «El Picasso de los
Picasso», con 87 piezas prestadas por los Museos de Barcelona,
París y Antibes y los centros de arte Reina Sofía y Georges
Pompidou. También estuvo presente en la inauguración de la
pinacoteca Mari Paz, hija de Juan Temboury -quien en los años
cincuenta hizo la primera intentona de traer obras de Picasso a la
ciudad- y que reconoció sentirse «muy emocionada y con los vellos
de punta» al hacerse realidad el deseo de su padre y del propio
artista malagueño.
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