La intención de la Conselleria de Patrimoni de iniciar los trámites
para que el edificio la Comandancia Militar sea declarado Bien de
Interés Cultural (BIC) o Bien Catalogado (BC), ha vuelto a abrir el
debate sobre si merece la pena conservarlo o no. Xavier Planas,
presidente del Col·legi d'Arquitectes, se muestra partidario, con
reservas de la primera postura; mientras que Salvador Roig, Elías
Torres, Martínez Lapeña y Xavier Pallejà se decantan por la
demolición, como expresaron en 2001 en el proyecto del Plan de
Viabilidad de Usos del Castillo.
Xavier Planas apuntó ayer a este periódico que «el asunto habría
que estudiarlo. A bote pronto, yo sería partidario de salvarlo,
pero estudiando la viabilidad que tenga el edificio para el uso que
se le quiera dar». En apoyo de tal opinión afirmó que «es un
edificio que está en el imaginario colectivo de la isla, aunque
históricamente traiga malos recuerdos a muchos. Puede que quede un
poco anacrónico respecto a la muralla, pero también lo son, por
ejemplo, aquellos edificios tan singulares de la zona de Colón de
Barcelona, y se han reciclado para otros usos ciudadanos».
No cree el presidente del Col·legi d'Arquitectes que el debate
sobre si derribarlo o no sea de carácter político. «Sé que tanto en
la etapa anterior como en la de ahora la Comisión de Patrimonio se
manifestó partidaria de mantenerlo. Al fin y al cabo no deja de
formar parte de la historia de Eivissa, fuera de un régimen o de
otro». En cuanto al impacto visual que tiene sobre la muralla,
Planas (miembro de la Comisión de Patrimonio) aseguró que «es un
edificio aislado, domina todo su ámbito y permite una clara lectura
de la muralla. No es algo que rompa con la idea de conjunto, pues
está suficientemente separado como para tener una identidad
propia».
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