El edificio de la Comandancia Militar de Eivissa, junto a la muralla, se empezó a construir en 1940. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

La intención de la Conselleria de Patrimoni de iniciar los trámites para que el edificio la Comandancia Militar sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) o Bien Catalogado (BC), ha vuelto a abrir el debate sobre si merece la pena conservarlo o no. Xavier Planas, presidente del Col·legi d'Arquitectes, se muestra partidario, con reservas de la primera postura; mientras que Salvador Roig, Elías Torres, Martínez Lapeña y Xavier Pallejà se decantan por la demolición, como expresaron en 2001 en el proyecto del Plan de Viabilidad de Usos del Castillo.

Xavier Planas apuntó ayer a este periódico que «el asunto habría que estudiarlo. A bote pronto, yo sería partidario de salvarlo, pero estudiando la viabilidad que tenga el edificio para el uso que se le quiera dar». En apoyo de tal opinión afirmó que «es un edificio que está en el imaginario colectivo de la isla, aunque históricamente traiga malos recuerdos a muchos. Puede que quede un poco anacrónico respecto a la muralla, pero también lo son, por ejemplo, aquellos edificios tan singulares de la zona de Colón de Barcelona, y se han reciclado para otros usos ciudadanos».

No cree el presidente del Col·legi d'Arquitectes que el debate sobre si derribarlo o no sea de carácter político. «Sé que tanto en la etapa anterior como en la de ahora la Comisión de Patrimonio se manifestó partidaria de mantenerlo. Al fin y al cabo no deja de formar parte de la historia de Eivissa, fuera de un régimen o de otro». En cuanto al impacto visual que tiene sobre la muralla, Planas (miembro de la Comisión de Patrimonio) aseguró que «es un edificio aislado, domina todo su ámbito y permite una clara lectura de la muralla. No es algo que rompa con la idea de conjunto, pues está suficientemente separado como para tener una identidad propia».