EFE-SAN SEBASTIÀN
Excelente ha sido la acogida dispensada ayer a «Te doy mis ojos», la película de Icíar Bollaín que aborda el maltrato a la mujer y que compitió en la Sección Oficial del festival de San Sebastián junto al filme de Joel Schummacher «Verónica Guering». Icíar Bolllaín ya había explorado el tema de los malos tratos en su corto «Amores que matan» pero le supo a poco, por eso aprovechó toda la documentación recogida para elaborar, junto a Alicia Luna, el guión de «Te doy mis ojos», un filme protagonizado por Laia Marull y Luis Tosar, cuyo reparto se completa con Rosa María Sardá y Candela Peña.

La película arranca en una noche de invierno, cuando una mujer abandona apresurada, en zapatillas y con su hijo de la mano, el domicilio conyugal para irse a casa de su hermana. Su marido no tardará en ir a buscarla para intentar convencerla de que vuelva. El está yendo a terapia para controlar sus accesos violentos y ella quiere darle una segunda oportunidad, pero la violencia volverá al hogar. Icíar Bollaín acerca de tal manera al personaje, que el espectador siente el miedo en el cuerpo, al igual que la mujer, que cada noche se pregunta con ansiedad de qué humor volverá su marido. Pero la cineasta elige sugerir y no mostrar y sólo deja ver una escena en la que estalla la violencia, dejando que la tensión domine el filme.

«Te doy mis ojos» no sólo habla de la víctima, sino también del agresor y para ello, Icíar Bollaín, después de haberse puesto en contacto con una de las pocas personas que dan terapia a estos hombres, recrea en el filme algunas de estas sesiones capaces de poner los pelos de punta. No elude la cineasta mostrar el entorno de la víctima, con una madre que consiente, una hermana que no entiende la razón del conflicto y un hijo que calla ante lo que ve. Así y todo, la película termina con un final relativamente abierto a la esperanza.