Varios artistas locales participan en la muestra itinerante ´Le courrier s´expose´

El origen del proyecto nació en 1965 gracias a un sobre pintado del genial Marc Chagall, que dirigió a Bohbot en muestra de agradecimiento por una iniciativa artística de carácter social. Acaso, pues, el ejemplar más valioso de la colección, pero que, por cuestiones personales, no figura ya en la exposición. Sin embargo, la lista de los participantes sigue engordando hasta alcanzar la cifra actual de 350 sobres ilustrados, de todos los estilos artísticos posibles y de creadores procedentes de una veintena de nacionalidades.

Desde hace algún tiempo Michel Bohbot intenta presentar esta original exposición en la isla, pero hasta el momento sus gestiones no han dado ningún fruto positivo. Algo que le resulta extraño de entender: «La verdad es que me resulta extraño no haber encontrado en la isla ninguna receptividad, cuando hay muchos países y centros que me la solicitan constantemente. Es muy fácil de instalar, por lo tanto el gasto es mínimo, y toda la gente que la visita se siente realmente encantada de verla. En fin, ya veremos si algún día lo puedo hacer», comentó a este periódico con cierto aire de decepción.

La misma muestra que ahora se expone en Niza se presentará el próximo año en siete ciudades de Marruecos y con el patrocinio del gobierno francés. Además, la presencia de artistas de las Pitiüses aumentará con la participación de Enric Riera, Paco Romero y Marie Antoinette Courtens. Las siguientes etapas de su periplo internacional para 2004 incluye visitas a Nueva Zelanda, Bélgica y otros cuantos países.

Como apunta en el catálogo de la exposición François Micheliza, director y conservador de la B.M.V. R. de Niza: «Si hay en la vida cotidiana un objeto destinado a la destrucción rápida, es el sobre, vulgar embalaje en papel industrial cuyas dimensiones depende de la normativa de Correos. A pesar de su apariencia ordinaria, a veces aparece a nuestros ojos con un cierto halo mágico, bien por la sorpresa o por el reconocimiento de la escritura de un ser querido, erigiéndose como el aperitivo, delectable u odioso, según los casos, de la carta que lleva en su interior. Pero toda esta cuestión pertenece a la esfera privada de cada uno, por eso puede parecer sorprendente que una biblioteca -santuario de la memoria y lugar del saber por excelencia- dediqué una exposición a embalajes desechables».

La exposición «Le courrier s'expose» tiene bastante de metáfora de nuestro tiempo, en el que lo que más importa es la apariencia, el continente, antes que el contenido. Su variedad multicolor, con el rico abanico de posibilidades que ofrece un número tan elevado de artistas, tiene la apariencia de un sugerente escaparate de estilos, formas y posibilidades; una hermosa mercancía que promete algo cuya existencia sólo está en la mente del espectador.