«No quiero romper la relación con la isla, porque viví aquí desde
el 72 al 88, y no he dejado de volver en verano, salvo el año
pasado». Con estás palabras, Manuel Bouzo recordó ayer a este
periódico su larga relación con Eivissa, relación que se extiende
al plano artístico, ya que suele exponer en la galería Van der
Voort, donde volverá a hacerlo el próximo año. Sin embargo, lo que
le tiene más emocionado en estos momentos es el proyecto que
realizará próximamente en la India gracias a una beca de la
Fundación Botín, que le permitirá vivir en el sub continente
asiático desde octubre a mayo. «Depende del calor que haga, si lo
puedo soportar. Es que una de las cosas que tengo en mente es hacer
una visita a las fuentes del Ganges, que están a cuatro mil metros
de altura; como es un glaciar no están abiertas hasta mayo, así que
tendré que esperar».
A la hora de explicar tal proyecto, Bouzo no lo tiene aún claro.
«Presenté un calendario bastante elaborado de la actividad que iba
a desarrollar y en qué periodo; lo que pasa es que la cosa tiene
más de pretensión que de hecho, porque cuando esté allí me dejaré
llevar por las cosas que encuentre o me puedan pasar», apuntó. Un
proyecto abierto, pero en torno a una idea en la que lleva
trabajando desde hace tiempo. «Lo que más me interesa es documentar
la relación de India con lo sagrado. Creo que el mundo está
entrando en una desacralización total, y la naturaleza se contempla
como una cosa a destruir o a utilizar, pero no a conservar. Pero
allí aún se mantiene esa relación natural con lo sagrado, tanto con
los árboles, los ríos... cosas a las que la gente pertenece en un
plano de igualdad, no de dominio», afirmó.
Y Manuel Bouzo habla con conocimiento de causa, ya que ha estado
varias veces en India y es un país que le apasiona. «He estado
documentándome, he leído muchos libros y tengo ya un conocimiento
bastante amplio sobre el tema». Interés y preocupación que con los
años, «y el desquiciamiento actual de la vida en occidente», ha
aumentado. «Por eso pensé que era un buen momento para volver allí,
cuestionarme determinadas cosas, investigar y documentar esas
historias y luego elaborar una serie de piezas en función de esta
relación y de la mitología hindú; pero en un plano más o menos
simbólico o metafísico. Es decir, reelaborar ese material a nivel
intelectual, dentro de las posibilidades que tenga», reconoció un
artista que ha sido calificado a menudo por la crítica como
«literario», por la relación directa que muchas de sus obras tienen
con el mundo de los libros. Por ejemplo, su última exposición
individual, «El catálogo de Mary Shelley», que presentó hace unos
meses en Madrid y en otras ciudades de la Península.
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