-Un arquitecto tiene que dibujar mucho en esta profesión para
poder compartimentar el espacio. Y desde hace un par de años decidí
archivar mis dibujos, tenía tantos desde que empecé a los ocho años
a dibujar que quería hacer compartimentos para guardar mis dibujos.
Decidí acudir a la mitología griega que es la base de la cultura, y
las musas son nueve, así que tomé tres contenedores -tres es un
múltiple de nueve- y metí cada dibujo con un numero para poder
archivar todo lo que tengo. A raíz de eso, como lo que me gusta es
dibujar la figura femenina, pues empecé a interpretar a las nueve
musas, pero a mi manera porque los griegos e incluso los romanos y
más tarde artistas del Renacimiento seguían pintando a las musas
con túnicas como si fueran afganas. Las musas eran hijas de Zeus e
iban por el Parnaso, subían al río y supongo que no se bañaban con
túnicas. Así que yo las pinto a veces con ropa y otras sin. Por
esta razón empecé a coger mis dibujos y a cada uno de ellos les
superpongo una musa. Algunos de mis dibujos están expuestos en la
galería Fendi, situada en Marina Botafoch.
-¿En qué tipo de dibujos incluye a estas musas? ¿Cómo consigue
hacer una mezcla que resulte homogénea?
-A todos mis dibujos les he añadido una musa. Por ejemplo tengo
uno de la travesía de la calle alta que dibujé en el año 1970/71
que he publicado en un libro de la Caixa al cual le he añadido una
musa sobreponiéndola y mezclando ambos trabajos. Simplemente a mis
trabajos como arquitecto les añado una imagen femenina y le meto
color, un rojo que destaque un detalles o le doy color a la figura
femenina, son muchas cosas las que puedo hacer con todo el trabajo
que tengo de tantos años de profesión.
-¿Como arquitecto profesional ya consagrado cómo ve el futuro de
esta profesión?
-En estos últimos años la labor del arquitecto se ha complicado
muchísimo. Hemos pasado desde estar integrados en una de las bellas
artes -que son la pintura, la escultura, la música y la
arquitectura a ser unos gestores medio chupatintas para conseguir
una licencia. Imagínate a Miguel Àngel pintando la Capilla Sixtina
que no de rojo o amarillo porque esté prohibido. Pues a los
arquitectos no nos dejan crear, porque el retranqueo, la altura, la
ocupación y la voluntad política del que manda en determinado
momento controla la creatividad del proyecto. Así que si yo
pretendo crear algo me tengo que adaptar a una normativa y para lo
único que te contratan es para discutir con unos y con otros en el
ayuntamiento. Así que he seguido haciendo proyectos pero en menor
cantidad y así tenía más tiempo para dibujar.
-¿Cree que en Dalt Vila se podría edificar algo que no siguiera
la línea rústica de esta zona?
-Creo que un conjunto histórico debe estar de acuerdo con la
armonía y la historia que tiene. Pero a veces conviene romper y
hacerlo distinto para que destaque. Si entre dos casas del siglo
XIX construyes otra, yo la haría distinta para que se vea que esta
es del 2003, pero siempre con un ritmo de huecos concordantes y con
materiales de hoy. Porque si imitamos el estilo de las otras
estamos retomando algo que no nos pertenece. Por eso yo estoy de
acuerdo con que se construya un parador en el Castillo, para dar
vida a Dalt Vila. Porque si esta ciudad tiene vida se revitaliza
ella sola. Para dar la vida hay que crear focos de atención, con el
parador, Dalt Vila recobraría fuerzas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.