EFE-CANNES
La actriz española Penélope Cruz inauguró ayer el Festival de Cine de Cannes junto con Vincent Pérez, su compañero de reparto en el filme «Fanfan La Tulipe», con cuyo estreno mundial, fuera de competición, empezó el certamen. «Declaro abierto el festival de Cannes», dijeron en varios idiomas los dos protagonista de la película dirigida por Gérard Krawczyk. Horas antes de cruzar el bosque de fotógrafos apostados ante el Palacio de los Festivales, Cruz participó en la primera rueda de prensa del certamen, en la que habló de su deseo de seguir haciendo cine en España, EEUU y otros países y evocó su objetivo de «ser ella misma», en su trabajo.

La actriz explicó el gran placer que había sido para ella trabajar en esta película (remake de la que Gina Lollobrigida hiciera popular en los 50), y volver a coincidir con su amigo Vincent Pérez, con quien ya trabajó hace diez años. Subrayó, asimismo, su deseo de «preservar la libertad de poder rechazar cosas en las que no cree», lo que no fue el caso de este «cóctel alegre y ligero», como definen a la cinta sus promotores. Un filme, producido por el también director Luc Besson, que es «como una comedia musical, en la que el ballet ha sido reemplazado por el esgrima», la capa y la espada, consideró Vincent Pérez.

Amante de no repetirse y de no hacer siempre «lo mismo», la actriz agradeció los proyectos tan diferentes que le están ofreciendo en estos momentos y evocó los inicios de su carrera. «Tenía apenas 20 años» y trabajar con Almodóvar «cambió mi carrera en España, fue excelente para mí», subrayó. Sobre su capacidad para hacer películas en tres o cuatro idiomas, comentó que trabajó duro el francés aprendido en la escuela y luego olvidado, y tomó un profesor durante varios meses.