El director cinematográfico Pedro Almodóvar ha mostrado su solidaridad con la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Marisa Paredes, «en absoluto responsable de un delito que no se cometió», durante la gala de los Premios Goya. En una carta publicada ayer en el diario El País titulada «La rubia cabeza», el director manchego dice aceptar, sin embargo, «la cabeza del señor Campoy», presidente de la FAPE, que cuando se anticipó a intentar calmar al Gobierno «ofreciendo la rubia cabeza de Marisa no lo estaba haciendo en nombre de los productores, de cuya asociación es presidente, sino a título personal». Almodóvar considera que la presidenta y el resto de los premiados y presentadores se hicieron eco de una realidad que está en la calle, «e hicieron uso de un derecho esencial: la libertad de expresión».