IOLANDA PERICÀS
El actor mallorquín Manel Barceló acaba de regresar de Madrid, donde ha participado en el rodaje de la que será la primera incursión cinematográfica de la compañía teatral catalana Els Joglars. «Buen viaje, Excelencia» se ambienta en los tiempo del franquismo y se sitúa temporalmente entre la muerte de Carrero Blanco y la del propio general Franco.

Barceló explica que para él esta colaboración ha sido «un orgullo», pese a tratarse de un papel «muy pequeño». En esta película interpreta a un agente de la policía secreta «que entra en un bar con dos 'grises' y obliga al público que hay en el bar a escuchar un discurso que Franco está a punto de pronunciar».

Durante los dos días que Barceló ha participado en el rodaje ha podido convivieron los miembros de la compañía y sacar sus propias impresiones de la película. «Es un filme muy novedoso, que creo romperá esquemas en el cine español. Es muy fiel al estilo de Joglars en teatro, pero transportado a la gran pantalla».

Barceló explica que la película es un encargo del productor Andrés Vicente Gómez, «que propuso a la compañía que elaborara un proyecto. Ellos, en lugar de presentar un guión escrito, hicieron un cortometraje». Uno de los problemas de la compañía era, según Barceló, que «nunca habían hecho cine y tenían miedo de no poder representar en la pantalla lo que querían».

Pese a su intervención en esta película, Barceló no reniega de sus raíces como actor de teatro, «donde la respuesta es inmediata y donde es más difícil hacer creer a la gente que eres aquello que no eres». En este sentido, el actor califica su profesión como «un trabajo más, que puede tener mucho glamour de puertas a fuera, pero que no deja de ser un trabajo como cualquier otro», aunque también la define como un labor muy «enriquecedora».

Barceló considera que un actor ha de ser «un buen transformista, en el sentido que se tiene que saber convertir en el personaje que interpreta».