En el plano puede apreciarse el área que ha sido declarada protegida a nivel arqueológico.

La arqueología preventiva impulsada desde el Consell Insular como medida para evitar que desaparezcan hallazgos históricos debido a las nuevas construcciones en el área de Eivissa cuenta con una nueva zona delimitada de protección, es decir, que precisa de una exhaustiva prospección arqueológica en todos aquellos casos en los que exista la posibilidad de encontrar restos de las antiguas civilizaciones que poblaron la ciudad. La zona delimitada por los técnicos incluye la mayor parte deeixample de Eivissa, encuadrada en un abanico cuyos ejes con la avenida España y la avenida Ignasi Wallis hasta parte del terreno situado más allá del primer cinturón de ronda.

De hecho, el Consell ya solicitó al Ayuntamiento de Eivissa que, antes de producirse la aprobación de este nuevo área de protección, le fuera comunicado a la Comisión de Patrimonio toda aquella obra a realizarse en la zona para así poder organizar el control de los posibles yacimientos. Igualmente, el pasado mes de septiembre, la máxima institución pitiusa acordó que las licencias de obra concedidas en el interior del 'abanico' deberían incluir una cláusula por la que el promotor de la construcción asumiría el coste de las intervenciones arqueológicas.

La adopción de todas estas medidas tienen como objetivo impedir que pueda repetirse una situación como la ocurrida en el antiguo Hort d'es Palmer (entre las calles Sant Cristòfol y Abad i Lasierra), lugar en el que tuvo que detenerse una obra al hallarse restos de una necrópolis y alguna vivienda, así como parte de un mosaico romano.

Los técnicos definen el área ahora protegida como un terreno rural «íntimamente ligada a la ciudad histórica de Eivissa, que aprovechaba no sólo la proximidad del núcleo urbano -que los fenicios establecieron a comienzos del siglo VI a.C.-, sino de los fértiles regadíos que delimitaban con la bahía de Eivissa, antiguamente mucho más amplia». Así, se originó una gran variedad de instalaciones campesinas iniciadas en la época fenicio púnica. Asimismo, se ha constatado la existencia de importantes villas púnicas e imperiales, que incluían necrópolis y otras instalaciones. Pese a todo ello, los técnicos remarcan que dicho lugar no había gozado hastas ahora de una protección adecuada. Más hacia el interior de la ciudad se han encontrado igualmente (en la Vía Púnica, la avenida España, la calle Aragón y otras zonas más hacia el norte) talleres de cerámica púnicos, necrópolis imperiales y tardoantiguas e instalaciones musulmanas, entre otros hallazgos.