El descubrimiento de un retrato, hasta ahora desconocido, del tercer conde de Southampton vestido de mujer, ha reavivado la polémica sobre la orientación sexual de William Shakespeare, quien disfrutó de su mecenazgo.

Según publicaba ayer domingo el periódico «The Observer», en el retrato el conde Henry Wriothesley -de quien se cree que es el «joven de clara piel» a quien Shakespeare dedica sus primeros sonetos- aparece maquillado y con pendiente doble en la oreja izquierda. El conde lleva el pelo largo recogido en un peinado femenino y se lleva la mano al corazón.

El cuadro, que comenzó a exhibirse en público ayeren el lugar donde se encontró, en East Clandon (sureste de Inglaterra), ha sido declarado auténtico por los expertos y fechado entre 1590 y 1593, época en la que el escritor residía en las propiedades del conde Southampton y escribía sonetos dirigidos al «dueño/a de mi pasión».

El cuadro ha pertenecido durante 300 años a la familia Cobbe, relacionada con los Southampton desde antes de la época de Shakespeare. Según Alec Cobbe, quien heredó el retrato dentro de la colección familiar de pintura, su familia siempre creyó que se trataba de un «vulgar retrato» de una de sus antecesoras, llamada lady Norton, y durante siglos el cuadro estuvo arrinconado.