Un equipo de arqueólogos australianos ha descubierto una necrópolis
excavada durante la primera y la segunda dinastías faraónicas, hace
más de 7.000 años, informó ayer el director del departamento de
Antigüedades egipcias de Giza, Zaki Hawas. Las tumbas fueron
desenterradas en la localidad de Helwan, unos 30 kilómetros al sur
de El Cairo, y presentan «un diseño arquitectónico único en el
mundo», explicó Hawas, añadiendo que «el enterramiento comienza con
una escalera que se interna en el suelo y llega a una cámara
funeraria, que precede a la sala principal, donde se han encontrado
seis tumbas de niños».
«Junto a esta cámara, se descubrió otra, perteneciente a una
mujer y decorada con inscripciones votivas del promotor del
enterramiento, en las que se alaba a un dios. En el suelo se
apilaban diversas vasijas para guardar vino y cerveza, así como
diversos utensilios labrados en alabastro, además de bandejas para
frutas y cereales», añadió.
En el quinto milenio a.C. se produjo un cambio climático, que
desertizó gran parte del actual Egipto, provocando que las
comunidades humanas se concentraran en el valle del Nilo. En el
norte, o bajo Egipto, la comunidad de Buto se erigió en un
importante centro comercial, mientras que en el sur, o alto Egipto,
las localidades de Naqada y Hieracónpolis se convirtieron en
destacados núcleos de población. En el 3.100 a.C. Narmer, señor del
alto Egipto, unificó por primera vez las dos regiones.
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