El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, considera que los cuatro proyectos culturales, presentados ayer en Bruselas, crean «una confrontación dialéctica entre modernidad y vanguardia con las tradiciones». El objetivo de estos proyectos, una iniciativa del Ministerio de Asuntos Exteriores con motivo de la presidencia española de la UE, es poner de manifiesto distintos aspectos del arte actual español desde propuestas estéticas muy diferentes, en las que se funden la contemporaneidad con los valores culturales más clásicos.

Josep Piqué hizo un alto en su apretada agenda para inaugurar las exposiciones, en un acto al que asistieron diversas personalidades europeas, incluidos el presidente del Gobierno italiano y ministro de Exteriores, Silvio Berlusconi, y el responsable de Exteriores francés, Hubert Vedrine. El ministro español recordó que es habitual que cada país aproveche su presidencia de la Unión Europea para mostrar facetas de su cultura. «España ha querido hacer honor a esta tradición» con unas obras en las que «modernidad y vanguardia entran en confrontación dialéctica con las tradiciones», en una recreación con clave europeísta.

Los cuatro proyectos se exhiben en dos de los edificios más emblemáticos de las instituciones europeas. El edificio Charlemagne, sede de la Comisión Europea, muestra la «Suite Europa 2002», exposición de estampas digitales de dieciocho artistas contemporáneos españoles e iberoamericanos, concebida como homenaje al vínculo entre Europa e Iberoamérica y al papel de puente que en este contexto desempeña nuestro país. Las tres piezas tridimensionales «Voz, Zapatos-Peces y Corazón de oro», de la artista mallorquina Susy Gómez, reciben a los visitantes del edificio Iustus Lipsius, sede del Consejo Europeo.

En el recibidor de la quinta planta, el madrileño Sigfrido Martín Begué ha situado una instalación en la que «partiendo de un emblema clásico como son Las Meninas, y con cierto sentido del humor e ironía, he querido reflejar todo lo que España puede aportar a Europa durante su presidencia», señaló el artista. En su realización ha participado el artista fallero Manuel Martín que en la instalación, a modo de caja escénica, se ha servido de falsas perspectivas para recrear la obra de Velázquez. En la misma planta se ha situado la exposición «Francisco de Goya: La conciencia retratada», en la que se han manipulado digitalmente 21 rostros procedentes de los Caprichos de Goya, con la intención de fundir la mirada clásica del genial artista español con la utilización de las más avanzadas técnicas.