EFE-VIENA El designado director musical de la Opera de Viena, Seiji Ozawa, los caballos blancos de la Escuela de Equitación Española y el euro protagonizaron el programa del tradicional Concierto de Año Nuevo, que vieron 1.200 millones de telespectadores en más de 65 países del mundo. El emblema del euro patrocinaba desde lo alto del decorado floral la suntuosa Sala de Oro de la Asociación de los Amigos de la Música.

Los reyes musicales del concierto volvieron a ser una vez más la dinastía de Johann Strauss padre y sus hijos, con la polka y el vals. Por primera vez desde 1987, cuando Herbert von Karajan dirigió el Concierto del Año Nuevo, se incluyeron escenas de ballet de los caballos blancos imperiales.

Ozawa, a quien el diario «Standard» de Viena ha dado el título de «abogado de la cordialidad», señaló que a pesar de ser el primer director de orquesta del Extremo Oriente que tiene el «gran honor» de dirigir en la Filarmónica de Viena, no se encuentra al vals como algo nuevo y ajeno a él.