La cara privada y familiar de Romy Schneider en 'Tres días de mayo'

Todas las instantáneas de la popular «Sissy» fueron tomadas en tres días del mes de mayo de 1973, y en ella aparece una Romy Schneider «distendida, una mujer feliz paseando por París; una madre relajada, sentada en un café con su hijo David; una bella diva maquillándose las pestañas o posando con un traje que deja al descubierto sus hombros», según apuntaba el semanario alemán Der Spiegel. Este comentario fue a consecuencia de la primera vez que fueron expuestas las fotografías de Helga Kneidl en público, justamente en las salas del Einstein Café de Berlín.

En aquellos lejanos días de mayo de 1973, la Schneider tenía 34 años y le faltaban nueve para morir, en una salida suicida provocada por el dolor que le causó la terrible muerte de su hijo adolescente (se clavó en el estómago las lanzas de la reja del jardín al intentar pasar por encima de ellas) y los disgustos que le daba el gran amor de su vida, Alain Delon. Romy Schneider visitó la isla de Eivissa en varias ocasiones; de niña, en compañía de sus padres, y más adelante para pasar vacaciones en un chalet de la familia.