La actual fase de obras en el recinto de Dalt Vila tiene un
objetivo claro: finalizar la rehabilitación de la Casa de la Ciutat
(prevista para los primeros meses de 2002) y de parte de su entorno
para que sea el primer enclave del Castillo abierto al público.
Para que pueda ser visitada este área -un 30 por ciento del total
de la superficie del Castillo-, se tapiarán los accesos hacia el
patio de armas, el edificio Simon Poulet y la Casa del Governador.
De este modo, la Casa de la Ciutat y su entorno tendrán capacidad
para funcionar mientras las obras continúan en el resto del
Castillo.
Desde el exterior de la Casa de la Ciutat ya pueden comprobarse
algunos de los cambios que se han llevado a cabo y se intuyen los
próximos pasos. En primer lugar, los ventanales han recuperado sus
dimensiones originales, llegando de nuevo hasta el nivel del piso
correspondiente. Las antenas, aún claramente visibles, serán
trasladadas a otro emplazamiento, posiblemente al Puig d'es Molins,
en un futuro no muy lejano, con lo que la dirección de las obras ya
tendrá el camino despejado para derribar el último piso del
edificio y volver a instalar en el mismo la cubierta inclinada de
la que se tiene constancia en fotografías del siglo XIX. Uno de los
segmentos de este piso, sobre el que también había varias antenas,
ya ha desaparecido.
Ya en el interior, la Sala de ses Voltes, rehabilitada años
atrás por Elías Torres, también ha precisado de actuación en esta
fase de obras. Concretamente se han subsanado algunos desperfectos
causados por el abandono y por algún acto vandálico y se han
tratado diversos problemas de humedades. Sobre esta sala, en el
primer piso, los operarios ya han comenzado a instalar el nuevo
pavimento, similar al de la sala inferior, aunque ha habido que
realizar esfuerzos suplementarios, puesto que la cantera que
suministró los originales actualmente no existe. Además, en uno de
los extremos de este espacio se mantiene la puerta que comunica la
Casa de la Ciutat con el edificio Simon Poulet, aunque se ha
decidido modificar su proporción, estilizándola verticalmente.
Una vez finalicen los trabajos en la Casa de la Ciutat, el
proyecto establece la actuación sobre el antiguo gimnasio del
caballero de Santa Bárbara, que albergará un auditorio, y sobre los
barracones que miran hacia es Soto, una parte de los cuales será
derribada para instalar un mirador. El resto quedará reformado para
camerinos y otros usos. Para la inauguración de esta zona se
barajan varias exposiciones, como las que tratarían sobre la
historia del Castillo, de las propias obras, los hallazgos
arqueológicos o de planos del Castillo en todas sus épocas.
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